Viaje en pareja.

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*Narradora*

Mangel y Ruben estaban en el avión, camino a Roma. Ruben miraba por la ventana tranquilo, tomando la mano de Mangel, quien de rato en rato se asustaba por su miedo a las alturas. Ese viaje era muy diferente al anterior.

-Tengo 35 años...- murmuraba Ruben desconcertado, con la mirada perdida.
-¿Estah bien?- dijo Mangel sin haberlo escuchado.
-¿Yo? Sí, sí, bien.- dijo el castaño forzando una sonrisa, que terminó saliéndole por naturalidad al recibir un beso de Mangel en la mejilla.
-Queridos pasajeros...- decía la señorita del parlante, quien fue ignorada por ambos. Realmente les aburría los avisos.
-Estar en este avión contigo, me recuerda a cuando viajamos a México.- dijo Ruben riendo levemente. -Es gracioso porque ahí teníamos...¿16, 17 años?
-Sí, no me lo creo.- dijo Mangel copiando la acción de su novio. -Aunque ahí estaba Cristina.
-Y ahí no éramos novios.- dijo Ruben besando sus labios dulcemente.
-¿Sabeh? No te imaginaba a ti romántico, a Ruben.
-Hm, yo tampoco.- Ambos rieron. -Tu tienes un efecto extraño en mí, me pones idiota.
-¿Más de lo normal?
-Hijo de puta.- Mangel rió sabiendo que el castaño no estaba molesto, quien se volteó para dormir.
-Faltan como 20 minutos ya.
-Da igual, muero de sueño.
-¡Si dormiste 10 años!- Ruben soltó una carcajada y cerró los ojos para dormir.

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-¡Ruben, te estoy diciendo que yo puedo solo!- insistía Mangel, intentando quitarle las maletas de la mano a Ruben.
-No, sh.- dijo Ruben aprovechándose de su altura y alzando las maletas.
-Es que eres un hijo de puta, ¡Dámelas! Yo puedo.- dijo Mangel.
-Miguel, sé que tu puedes, pero yo quiero.- dijo Ruben besándolo rápidamente y poniendo una de las maletas en su hombro y la otra en su mano. -Cuando nos den la otra, la más grande, te doy la tuya y yo llevo esa, ¿Vale?
-Vale.
-Bajo el mismo acuerdo.- Ambos rieron.

~Meses después~

*Samuel*

-Melanie, dime papá.- insistía Willy tomando la mano de nuestra hija, sólo que no sabía que yo estaba viendo, pues yo acababa de llegar.
-Mamá.- dijo la pequeña y yo reí en voz baja.
-¡No! Papá.
-Papá Samuel, mamá Willy.
-No, soy hombre.
-Mamá.- dijo y Willy suspiró cansado.
-Bien, anda a jugar.- dijo lo más dulce posible y Melanie volvió a su habitación. Willy volteó y al mirarme se ruborizó. Estaba avergonzado, era demasiado divertido.
-Hola mamá Willy.- dije sonriendo y besando su mejilla. Él correspondió sin antes golpearme el brazo.
-Insiste en decirme mamá, no te burles.- dijo sentándose en el sofá.
-Tal vez te ve como una madre más que como un padre.- dije encogiéndome de hombros y sentándome a su lado. -Ya sabes, tú eres el uke.
-¡Diez años y sigues con eso!- dijo haciéndome soltar una carcajada.
-Tranquilo, sabes que te quiero Guille.- dije y me acerqué para besarlo.
-¿Entonces? ¿Mangel y Ruben vuelven de Roma en 2 semanas? Porque ya los extraño, se fueron 6 meses.- preguntó.
-Sí, ¿No son monos? Ruben me contó algo muy cuqui.
-¿Qué?
-¿Prometes no decirle a nadie?
-Lo prometo.
-Ruben va a preguntarle a Mangel si quiere...- No fue necesario terminar la oración, él sabía de un hablaba.
-¡Oh por...! ¿En serio?
-Sí, Guille, sí.

El dolor nos cambió. [Segunda Temporada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora