—Entonces... ¿Están saliendo?— Sentados uno al lado del otro en los pupitres de su salón.
—¿De qué hablas Curt?— Frank lo miró expectante sosteniendo aún su bolso, listo para lanzarla contra el pasillo.
—Ya sabes, de Murdock y tú...—
—...— Una buen silencio incómodo los golpeó, Frank decidió escupirle a la tranquilidad interna que lo había acompañado desde la última vez que vio a su monaguillo una semana atrás. Curtis simplemente se percató demasiado tarde del error.—Lo voy a matar...—
—No no, ¡Frank espera!—
Pasillo atrás en un salón sin maestro, el resto de alumnos activaron sus alarmas cuando los lejanos gritos de David Lieberman desde el salón contiguo comenzaron a sonar.
—¿Qué demonios?... Oye Frank, tranquilo... ¡Aaaahh Frank sueltameee!...—
—¡Frank suelta a David!— Y el buen Billy Russo que acompañaba a Micro en álgebra a la misma hora, tomó la sabia decisión de interponerse entre el puño, la solapa y el bello y asustado rostro de David.
—¡Carajo Frank no lo ahorques!— Curtis se apresuró -desde que Frank decidió levantarse de su puesto- a seguirlo. Siempre tenía que ser el mediador en el desvarío de sus amigos...
—¡Eres un chismoso cabrón, UN CHISMOSO!—
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[inserte intro de Friends]
Pero dejemos de lado las complicaciones de Francis. Veamos la marea que ahogaba a un joven pelirrojo un piso arriba, acompañado de Jessica Jones y Jane Foster en clase con el profesor Logan.
Tan solo dos años atrás, dónde nada comenzaba y Matt aún esperaba ansioso el momento de brillar con sus habilidades aumentadas.
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Quince... Diecinueve... Veinticuatro... perdió la cuenta.
La noción del tiempo se nublaba por sus propias palpitaciones, dando tantos golpes sus brazos soportaban contra el viento al centro del ring. Jack se fué advirtiéndole a Mattew que no se moviera del gimnasio hasta que él pasara por él, hacía éso aveces... O solo cuando el tío Fisk pasaba por el barrio de los Murdock -saludando- requiriendo a papá para asuntos que a los niños no le interesaban.
El sudor le resbalaba por las mejillas, sus ojos sin enfoque se mantenían inmóviles, sentía el ambiente como uno más de sus brazos, su concentración lo hundía a una relajación que solo le permitía sentir el ring, oler el metal y vinil, acariciar con los pies el acolchado piso... Y ser interrumpido por la presencia abrupta de un extraño.
¿En qué momento entró sin que Mattew lo sintiera?
Demasiado tarde se enteró de su ensimismamiento, avergonzado por ser descubierto y al mismo tiempo molesto, esperaba a quedar solo por una clara razón.
—¿Cómo puedes golpear algo que no ves?—
—...—
Mattew no se detuvo, no le preocupaba que el desconocido de enigmante aroma presenciara su técnica, igual no llevaba sus lentes ni su bastón, y bajo la penumbra del faro del otro lado de la ventana, podía pasar como alguien normal fácilmente.
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Carajo solo velos
RomanceMattew Murdock y Frank Castel se conocen, saben cómo manejarse, y están acostumbrados al cariño que se tienen, pero oye, son solo amigos, no te confundas. O por lo menos ésa es la justificación que dan a todos. Una secuencia de situaciones mostrando...