Capítulo XLIII

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[Pov. Sakura]

Mi cuerpo se sentía tan débil por todo el chakra que las cadenas estaban absorbiendo de mi. ¿Quien era el?, Su voz se me había tan conocida, pero en el momento no recordaba, me encontraba desorientada. Solo una cosa tenía en claro y era que debía salir de esa situación pronto.

— ¿Quien eres? — Pregunte a la persona frente a mi, sentía su presencia a pocos centímetros.

— La pregunta aqui es... ¿Quien eres tú? — respondió con seriedad en su voz.

Se alejó de mí, se podía escuchar sus pasos caminar alrededor de la cama donde me encontraba.

No respondí, no podía darle esa información a un desconocido, solo guarde silencio e intenté safar una de mis manos.

— Te lo dije antes, es inútil que lo intentes... — dijo exhalando  con pesadez. Se escuchó una silla siendo arrastrada.

— ¿Que es lo que quieres de mi? —

— De ti no quiero nada, solo eres la carnada — respondió con serenidad. Sentí como la venda que cubría mis ojos se deslizaba despacio, la luz de la habitación era brillante, cerré mis ojos unos segundos y los abrí intentando enfocar a la persona sentada a un costado.

Nuestras miradas se cruzaron, era él, no tenía aquella máscara en su rostro y tal como la última vez que lo ví, su semblante no reflejaba otra cosa que pesar. Obito Uchiha, en uno de sus ojos se encontraba el Rinnegan, lo que me llevo a la conclusión que descubrió nuestra alianza con Nagato y le quitó uno de sus ojos a este. No dije nada los primeros segundos, solo mantuvimos esa conexión mientras en mis pensamientos ideaba una manera de solucionar mi problema.

Ahora que tenía clara su identidad sabía entonces a qué se refería cuando dijo que solo era la carnada. Lo mire y pensé en tal vez hablar con el, podría decirle todo en ese momento, podría ser una oportunidad única. Estaba por hablar cuando el se adelantó.

— Los he observado desde hace un par de semanas, se exactamente quien eres tú y tu acompañante el portador del Rinnegan. — Dijo y fruncí mi entrecejo en respuesta, ¿Acaso le interesa el Rinnegan de Sasuke? — mataré dos pájaros de un tiro — murmuró sonriendo al final.

— Tus planes no saldrán a como tú esperas Obito —

— Si lo dices por esa historia que le inventaron a Nagato para tenerlo de su lado, puedes ahorrarte tus palabras, invadi sus recuerdos... no soy tan estúpido como él para creer en esas patrañas —. respondió irritado.

— Podemos demostrártelo si no lo crees — suspiré — puedes usar tu Sharingan para ver mis recuerdos de aquella vez, yo fui testigo de todo.

Obito al escuchar mi pedido frunció su entrecejo, se levantó de la silla y se dirigió a la puerta para salir, estaba en negación, no quería aceptar su realidad y eso era un verdadero problema.

Pasaron las horas y el hambre se apoderaba de mi, mi estómago gruñía y los movimientos de mis bebés eran cada vez menos. Intentar sacarme las cadenas era en vano, cada vez que lo intentaba solo perdía más chakra. La puerta nuevamente se abrió dejando ver a un Chico rubió, traía consigo una bandeja, tal vez era el hambre pero podía oler comida.

Sus ojos azules se cruzaron con los míos y sonrió de lado, lo reconocí, era ese chico que hacía arcilla explosiva.

— El lider envío esto para que comas — dijo al momento de dejar la bandeja sobre la silla.

Se dirigió a mi y miro la sangre que salía de mis muñecas, de tanto intentar safarme las herí.
Tomo las llaves que estaban sobre la mesa al otro lado de la habitación y me quito las cadenas. ¿Por qué lo hacía?, Lo lamentaba mucho por aquel amable chico, pero era mi oportunidad de escapar. Nada más terminó de quitar las cadenas de mis pies me levanté rápidamente y me dirigí a la única ventana dispuesta a salir por ella.

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⏰ Última actualización: Nov 27, 2021 ⏰

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