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hola!! no os he avisado porque no pensaba publicarlo hoy, pero al final sí porque me vino la inspiración jeje. Este capítulo me gusta mucho así que si os ha gustado votar y comentar qué os ha parecido!! gracias si lo hacéis :) Felices fiestas!! Espero que paséis una buena noche :)

ASHLEY

Cuando hay una tormenta, la gente se suele quedar en casa con su familia, en un ambiente cómodo...

Bueno, pues mi madre había tenido la genial idea de que pasáramos la, según decían los expertos tormenta más fuerte hasta la fecha, en casa de ni más ni menos que mi ex-hermanastro-y el padre de mi ex-padrastro.

Modern family, nos llamaban.

Después de comer, mamá preparó unos juegos de mesa y pizzas congeladas para cenar y nos presentamos con paraguas en su puerta, a escasos metros de la nuestra claro, por lo que me puse lo primero que pillé. Se había levantado un viento huracanado y ya decían por la tele que no dejaría de llover en toda la tarde noche. Odiaba las tormentas, ya que automáticamente pensaba en cuando mi padre me contaba cuentos y me decía que todo iba a salir bien cuando sonaban fuertes rayos.

Andrew nos recibió con su habitual sonrisa bonachona. Le dio un corto beso a mi madre y nos indicó que pasáramos. Yo estaba tiritando de frío aunque iba con sudadera y plumas. 

Me llevé una sorpresa y tuve que reprimir una carcajada al encontrarme de frente con Austin en un pijama de todo el cuerpo de renos navideños, acompañado de un delantal y con guantes en ambas manos. Estaba tan gracioso que dudé en si había suficiente confianza como para empezar a descojonarme en su cara. De forma cariñosa, claro. Me recordó a cuando me cocinó macarrones (llamémosle macarrones) en su pequeña cabaña.

Ahora que lo pensaba, ¿esa cabaña seguiría en pie? Tenía mucha curiosidad de volver a ir.

Sí, definitivamente, me gustaba el sufrimiento.

-Austin ha estado cocinando, como podéis observar. No es muy bueno, así que hay galletas compradas de sobra por si están incomibles. - apuntó Andrew.

Austin achinó los ojos y colocó las manos en las caderas.

Vale, ahora sí que me tenía que reír.

Solté una risa nerviosa y todos me miraron de repente por lo que me puse roja de vergüenza. Solo Austin sonrío, y juro que le brillaron los ojos. Agaché la cabeza algo incómoda.

-Bueno chicas, ¡poneros cómodas! La electricidad se irá en cualquier momento pero tenemos reservas de sobra. Estamos preparados.

No sabía cuál era exactamente la intención de mi madre para esa noche. ¿Quedarnos a dormir allí? Esperaba que no fuera así, porque ya había probado ese sofá y no era muy cómodo.

-Mándame un mensaje cuando quieras irte o estés incómoda. Estamos al lado. - me susurró mamá cuando Andrew y Austin no prestaban atención, a la vez que me sonreía cálidamente.

Asentí. Supongo que para ella tampoco era fácil aquella situación, pero al fin y al cabo, si estaba enamorada, era normal que quisiera pasar tiempo con Andrew. Yo echaba mucho de menos a Owen, y estar allí con Austin era muy...Ni siquiera había palabras para describir esa situación tan rara. Si no estuviera lloviendo a cántaros y no me diera miedo estar sola en casa en esas condiciones, me hubiera quedado, pero no me quedaba otra opción que estar allí. 

-Las galletas huelen bien. ¿Has aprendido a cocinar? - pregunté, apoyándome en la encimera. 

Austin me miró de forma traviesa mientras abría el horno.

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