Capitulo 4.

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- ¡Ah...!

Cuando la Chica del Gremio finalmente levantó la vista del escritorio en el que se había estirado, la prisa de la mañana ya había comenzado.

Oyo como se abría la puerta, y luego una serie pasos audaces, casi violentos pero casuales, se abrieron camino hacia ella.

-Goblins --

Nadie levanto la mirada cuando esa palabra sonó en la recepción. Cuando el aventurero amenazante con su mugriento equipo apareció, todos fingieron que tenían que hacer algo más que exigía su atención.

¿Y quién podría culparlos? Todo el mundo sabía que no estaba del todo cuerdo. Ya fuera la suerte o el destino lo que controlaba el mundo, los aventureros era un grupo supersticioso. Evitar cualquier vinculación con "tipos extraños" era una forma de autopreservación.

Pero nada de eso le importaba a la Chica del Gremio. Tenía una sonrisa brillante en la cara y le ofreció algunos de los papeles que ya había preparados.

Eran, por supuesto, misiones de goblins.

"No me gusta la sensación de que le estoy imponiendo estas misiones, pero..."

Ella ignoró la punzada en su corazón. Alguien tenía que hacer este trabajo. Los aventureros de nivel medio se negaban rotundamente, e incluso los principiantes no siempre aceptaban estos trabajos. ¿Quién quedaba para ayudar a la gente necesitada?

"No es que el trabajo que hacen los demás no sea importante también?"

Por lo tanto, ella le daba las sobras. Los aventureros que llegaban temprano por la mañana recogían las misiones que habían sido emitidas, y esto era lo que quedaba.

De esta manera, podría asignar las misiones de goblins sin causar ningún problema a nadie (¿problema?).

-Ahem, tenemos cinco casos hoy. Todos los demás están fuera lidiando con una conmoción en las minas...--

La Chica del Gremio volteaba una página y luego otra, cuidadosa de seguir siendo educada mientras hacía la explicación. Solía tartamudear y dudar, pero no más...al menos, no a menudo. Y eso también, fue gracias a él.

No era que ella considerara sus interacciones con él una práctica, o que ella pensara en el cómo alguien con quien practicar, pero...

¿...?

La Chica del Gremio se detuvo, mirándolo con perplejidad. Él no le respondió ni la interrogó sobre nada.

Delante de ella estaba el casco de aspecto barato al que se había acostumbrado tanto. Se inclinó ligeramente hacia un lado, tal vez porque el cuerno del otro lado estaba roto, pero esa fue una de las cosas que ella encontró entrañables en él.

Pensó que, tal vez lo había visto el casco temblar apático de un lado a otro.

-Er... ¿Te sientes mal? --

"..."-- Él se quedó callado por un segundo, pero luego dijo: -No -- con un movimiento torpe de su cabeza. -- Estoy bien -- agregó.

-Hum-- la Chica del Gremio murmuró para sí misma. No estaba del todo claro para ella lo que estaba "bien".

-"Ojalá pudiera al menos verle la cara"--

Mientras el pensamiento cruzo su mente, se dio cuenta de que la única vez que lo había visto claramente fue cuando se había registrado por primera vez. Ahora deseaba haberlo mirado más de cerca en ese momento, pero ya era demasiado tarde para eso.

"...."

Silencio.

La Chica del Gremio tosió con delicadeza.

The silver wolf (Reescribiendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora