CAPITULO 2: SOBREVIVIENTE.

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Cuando entro al escondite no pasaron muchos segundos para que la puerta fue abierta por una patada, no supo quién podría ser.

Quizás uno de los vecinos vino por ellos, pero sintió como su corazón dejara de bombear sangre cuando escucho a su hermana gritar y unas risas horripilantes resonaron en toda la casa, pudo escucharan como entraron de inmediato solo para después escucho los gritos de su hermana pidiendo su ayuda.

Y por una grieta...

Él fue...

Él fue testigo de todo...

Testigo de cómo su...

Su vestido favorito fue...

Arrancado de su cuerpo...

Fue testigo de cómo...

la violaron...

de cómo fue...

humillada...

Testigo de sus gritos...

de su llanto...

de sus lágrimas...

El solo se convirtió en una podre testigo de una tragedia...

Uno que no hizo nada...

Aun cuando su hermana gritaba por su ayuda...

No hizo...

Nada.

No lo hizo.

Lo único que hizo fue observar cómo era...

Violada.

Torturada.

Humillada.

Y como finalmente fue asesina.

Lo que fue alguna vez su hermana, ahora solo era un pedazo de carne irreconocible.

***

Habían pasado tres días desde que su hermana mayor dejo de existir. Por eso decidió mudarse.

"Mi hermana me dijo que no me moviera... pero ella...desapareció"

El niño, que acababa de cumplir seis años apenas un niño que apenas empezaba a enfrentar la oscuridad de la noche sin tener que ir donde su hermana pidiendo que lo protegiera, se arrastró fuera del escondite con el mayor cuidado tratando de no hacer ruido.

Sus pantalones estaban mojados y manchados con su propio excremento y orina, le daban una comezón desagradable e insoportable, pero aun así la soporto, no era algo por lo que preocuparse en este momento.

"Hace tiempo mi hermana, dijo que la tierra de por aquí se podía comer..."

Un conocimiento que su querida hermana le había transmitido, fue gracias a esas palabras que no murió por el olor y el humo de la carne quemada lo matara por inanición, pero con un contra falta.

Una suave tos escapo de él, su garganta dolía severamente, cada vez que respiraba sentía como el aire parecía cortar su garganta.

Le dio una rápida mirada a la habitación, pero con su garganta ardiendo no se molestó a mirar a detalle, mientras se escabullía por el suelo hacia la cocina evitando los múltiples objetos destrozados tirados por todo el lugar.

La olla de sopa se había volcado y faltaba un cuchillo de cocina. La jarra de cerámica donde almacenaba el agua estaba rota, pero al parecer la suerte le sonreía, el fondo se encontraba intacto.

Se inclinó sobre el cómo un perro, sorbiendo todo lo que pudo antes de tener que levantarse para que sus pulmones se llenaran de aire.

En sus pocos años de vida, no recordaba que el agua simple supiera tan deliciosa, nunca le habría rogado a su hermana que añadiera azúcar a sus bebidas.

The silver wolf (Reescribiendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora