INTERLUDIO: CUANDO TODO PARECE IR BIEN.

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El sonar de la colisión de las ruedas contra las ocasionales piedras y baches del camino siempre terminaba de lograr sacarla de su pequeño trance.

Sus ojos pestañearon perezosamente mientras erraron hacia la venta, observando los diversos árboles que se cernía sobre el carruaje, los cuales empezaron a cobrar vida ante la llegada de la primavera de un nuevo año.

El sol iluminaba en todo su esplendor, bañando al país de su maravillosa luz ahora que no se encontraba cubierto de nubes, su mano viajo hasta la altura de su rostro en un intento para bloquear la luz del sol que lastimaba sus ojos.

Su piel sintió el trato feroz del sol, pero no le dio mucha importancia simplemente sonrió con calidez, ya que finalmente después de mucho tiempo regresaba a casa.

El recordatorio de ello hacía que sintiera mariposas en su estómago de la simple emoción algo que su madre hubiera considera impropio de una dama si lo digiera en voz alta. Pero eso no importaba, pronto podría ver a su querido esposo y a sus preciados hijos, sobre todo a su hija más pequeña.

Sus ojos se cubrieron de tristeza y su sonrisa se borró al recordar cuanto tiempo había pasado.

Aun recordaba su llanto cuando le dijo que no podía viajar con ella.

Sus lágrimas hicieron que su corazón doliera, pero no podía arriesgar a su pequeña al viajar al mar del sur.

Un suave y casi imperceptible suspiro escapo de sus labios al recordar las negociaciones.

La Capitana Selena había resultado ser un dolor de cabeza, seguía sin saber cómo llegaron a un acuerdo, pero a los dioses que esa bruja le permitiera llegar a un acuerdo y firmar el contrato.

Con el contrato firmado, ella se encargaría de mover su producto a los países cercanos. Pero aún tenía sus dudas con esa mujer, no por nada le decía Selena "La zorra del mar del sur".

Pero, aunque no confiaba plenamente en esa mujer, esa mujer tenía una gran reputación que la persigue como la mejor para mover mercancía en tiempo récord y si eso resultaba ser cierto tendría una gran ventaja contra su competencia más cercana.

Incluso después de once años desde la caída del Rey Demonio, los monstros y adoradores del caos siguen causando caos en todo el continente como en los mares, haciendo que los artesanos y comerciantes tengan que gastar más en asegurar que su mercancía llegara segura y no hubiera perdidas.

Solo esperaba que la mujer cumpliera con su palabra, realmente no quería que todo el tiempo y dinero fuera un desperdicio, su ceño se frunció ante la idea de enviar a mercenarios a buscar su cabeza.

Sacudió su cabeza alejando eso oscuros pensamientos y pensó en algo para divagar, sus ojos viajaron nuevamente al bosque y lo único en lo que pudo pensar fue:

"Realmente no extrañare el olor a pescado"

El simple olor del pescado hizo que casi quisiera soltar el poco contenido de su estómago, seguía sin entender como la gente del puerto podía soportaba el olor día tras día.

O quizás era solo ella quien no podía soportar el olor de las tripas de pescado cada mañana que tenía que caminar hasta el puerto para hablar con esa fastidiosa mujer, si tenía que ser sincera preferiría el olor del bosque, el olor de las flores silvestres, incluso el olor petricor de la lluvia, o el viento frio de la noche.

Mientras una sonrisa aparecía nuevamente en su rostro y sus ojos desviaron a las personas que caminaba al lado del carruaje.

Los aventureros junto a su guardia personal caminaban a un ritmo calmado mientras avanza por este desolado camino.

The silver wolf (Reescribiendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora