capitulo 25

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-kyojuro...- hablo una voz dulce proveniente de lo mas profundo de su cabeza, el peliamarillo de puntas rojas abrió sus ojos en sorpresa recordando la ultima vez que escucho aquellas voz tan nostálgica.

flashback...

-kyojuro...- susurro débilmente haciendo que este abra los ojos, estaba en su casa, en el cuarto de su madre para ser mas especifico, en frente tenia un futón donde yacía la a mencionada mientras que en la pared trasera estaba el shoji (puerta japonesa) 

POV Rengoku

-oka-san...- salieron mis palabras con cierto grado de dificultad, estoy a su costado arrodillado, mis manos estan suavemente suerpuestas a las suyas preocupandome aun mas debido a su temperatura, estaban tibias, inmediatamente puse una de ellas rosando mi mejilla izquierda -se te esta bajando la temperatura...- dije para colocarle un pañuelo humedo sobre agua caliente en su frente.

-no te preocupes por eso... tengo que decirte... algo- aquellas palabras salieron de sus labios con dificultad, trataba de levantar su medio cuerpo -no mama...- dije pero ella me dedico una calida sonrisa transmitiéndome que estaba bien.

la ayude a acomodarse y sus manos descansaban en sus muslos mientras sus ojos reflejaban el verde patio que conservo con mucho esfuerzo -podrías repetir lo que siempre te digo?, por favor- no me miraba solo veía a fuera con una sonrisa -claro mama- dije tratando de recordar aquella frase que fue sellada en mi memoria como si de una piedra tallada se tratase.

-protege siempre a los débiles- dije con una sonrisa alegremente, me dedico una sonrisa y retomo su mirada al exterior -el corazón guarda un poder inimaginable que solamente consigue abrirse cuando un cercano esta en peligro... confió que tu usaras ese poder para proteger- me dijo y yo asentí un poco dudoso.

-oka-san?- pregunte y ella levemente para que continuara -como estas tan segura que lograre despertar tal poder?- formule aquella pregunta, sus ojos se cristalizaron levemente y su sonrisa creció un poco mas -ven- dijo postrando mi cabeza en su regazo, estaba inerte y tensionado, aquella era la primera vez que mi mama hacia algo como esto.

-por que eres mi hijo...- susurro en mi oreja mientras sobaba delicadamente mi mejilla con su mano, estaba fría, pasaron segundo cuando me di cuenta que su mano dejo de moverse y una lagrima tardía caía en mi mejilla... ya lo sabia... inconscientemente me acurruque mas y lagrimas salían de mis ojos -gracias por todo- dije con una sonrisa.

-por que estas llorando kyojuro- dijo  una voz suave pero masculina, mis ojos abiertos completamente y una lagrima en mi mejilla alarmaron a mi compañía -no es nada patrón- dije secándome la gota y siguiendo mi camino, ahora lo recuerdo, antes de la misión, fui llamado por el patrón debido a algo importante.

ahora estábamos en una explanada dentro del bosque, arboles que superan el tamaño de una casa de tres piso para hacer un aproximado, a la izquierda abundaban las lapidas cuidadosamente mantenidas y a la derecha una escalada con mas lapidas en la misma situación.

-puedes imaginar el propósito por el cual te traje aquí kyojuro?- me pregunto con su voz tan dulce como siempre, no tenia ni idea -no patrón- respondí.

-aquí yacen los restos de todos los cazadores que han muerto bajo mi mandato- explico con autoridad sorprendiéndome, eran muchos y cada uno poseía un nombre, una fecha precisa y un ramo de flores en buen estado -como?...- soltaron mis labios.

-soy consiente que tu misión es muy arriesgada, un demonio causando disturbios en un tren... muerte de cazadores de bajo rango en esa misión, ese tren guarda muchos secretos- confeso el pelinegro viendo una tumba al azar.

-no se preocupe patrón usted escogió muy bien a los pilares-dijo inflando el pecho y golpeándoselo levemente con orgullo, el solo soltó una sonrisa como respuesta -recuerda bien estas palabras kyojuro... aquellas personas que mantenemos en nuestras memorias son las que nos motivan a seguir adelante... para mi cada lapida puesta en esta ampliación significa tanto para mi que soy consiente de cada nombre colocado.- aquellas palabras, eran tan similares a las que alguna vez me dijo mi madre.

la creación de un eclipseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora