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Nishinoya lo sabía todo.

Sabía que Hinata Shōyō, el omega con el que hace poco había hablado —y que le había agradado bastante— no era la pareja destinada del alfa y para colmo: era infértil. Que no fuera la pareja destinada de Tobio realmente no importaba demasiado, sin embargo, que no pudiese tener cachorros sí que suponía un problema. Sabía la mentira en la que Kageyama se estaba metiendo, o más bien, en la que ya estaba metido.

Kageyama se vio en la obligación de contarle todo después de que el beta le descubrió saliendo de la cueva en la que se quedaba con Hinata; le había seguido desde el pueblo, desde hace días que seguía todos sus pasos y ya sabía que la mayoría del tiempo le acompañaba alguien de una cabellera anaranjada llamativa: Tobio ya no tenía otra opción.

Yū realmente se preguntó mil veces que es lo que habría hecho Daichi en aquella situación, pero claro, si su amigo no estuviera muerto, Tobio no se sentiría tan presionado por llegar rápido a ser el alfa líder para que Kōshi por fin tuviera un poco de paz.

Decidió guardar el secreto y estaba completamente seguro de que se arrepentiría de ello en el futuro.

—Así que...es él —Nishinoya rompió el silencio en el que habían quedado cuando ambos omegas habían salido de la cabaña— Me lo imaginaba algo diferente.

—Hinata no es un omega normal —Respondió de inmediato Tobio— No es para nada sumiso, hace lo que se le da la gana, no obedece a nadie, además de su cabello que no pasa para nada desapercibido, aunque de seguro ya te habrás dado cuenta de ello.

Era como si el joven lobo hubiese nombrado todas las cualidades que le llamaban la atención de aquel omega, sus mejillas algo sonrojadas le delataban. Shōyō era distinto, en todos los sentidos, y molesto, demasiado molesto para su gusto, pero que fuera de ese modo hacía que su alfa se sintiera feliz y cálido, mas no sólo provocaba eso, sino que también sintiera la insistente necesidad de vencer a ese omega; de obligarle a someterse a él de alguna u otra forma.

—¿Crees que es correcto mentirle de esta forma a tu madre?

Kageyama levantó la vista y fijó sus ojos en el rostro de su amigo, porque sí, Nishinoya se había convertido en su amigo después de todo ese tiempo. No reemplazaba solamente a la figura paterna dentro de la familia, era como un hermano más para Tobio.

Al no obtener una respuesta y ver a el cachorro titubear para responder, el beta siguió hablando—Sabes que Suga-san podría llegar a entenderlo, pero-...

—Pero no va a querer que la historia se repita, lo sé —Terminó de manera correcta la idea de Nishinoya, como si hubiera leído sus pensamientos.

—Daichi y Kōshi tuvieron suerte al encontrarlos a ustedes, a dos cachorros tan adorables...bueno, más Miwa que tú, claro—Yū soltó una risa al ver el ceño fruncido en el rostro del chico— Vamos, hay que admitirlo, eres muy cascarrabias para ser alguien tan joven.

Tobio puso sus ojos en blanco antes de seguir tomando de su té. Aunque la conversación había terminado de manera agradable, el pelinegro tenía claro adonde quería llegar Nishinoya con aquella conversación.

No se opondría a la idea de que se emparejara con Hinata, pero quería causar un poco de ruido en su cabeza y hacerle pensar un poco antes de tomar una decisión de la que pudiera arrepentirse.

"Pensar antes de actuar"

Si lo hubiera hecho, de seguro que Tobio nunca le hubiera propuesto matrimonio de esa forma a un omega desconocido.

Si lo hubiera hecho, de seguro que Tobio nunca le hubiera propuesto matrimonio de esa forma a un omega desconocido

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El cachorro que trajo el invierno [KageHina]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora