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Shōyō no podía apartar la vista de los confundidos y furiosos ojos de Tobio.

Y es que aunque la tormenta de nieve fuera de la cabaña donde se encontraban se había calmado hace ya varios minutos, Hinata había provocado que una nueva comenzara dentro del alfa enfadado encima de él.

¡Su intención en ningún momento había sido alterar a Tobio, solo quería hablar con él sobre la decisión que había tomado luego de su charla con Sawamura!

—Dime Hinata, ¿Estás jugando conmigo? —Habló Kageyama, su voz sonaba calmada, pues no le gritaba y no titubeaba al hablar, sin embargo, su rostro gritaba lo contrario a calma: Kageyama estaba completamente molesto.

—P-Para nada —Respondió con nerviosismo. Si el lobo no apartaba la vista de su cara probablemente le perforaría la frente— Si salieras de encima podríamos hablar de manera más calmada, no hay necesidad de que te alteres demasiado.

Un gruñido de desaprobación escapó del pecho de Kageyama, el lobo interior del chico no estaba en de acuerdo con la propuesta de Hinata.

—No me gruñas, estás actuando como un cachorro cuando se supone que el que lo es soy yo —Quiso bromear, pero no recibió una risa de parte de Tobio ni mucho menos un cambio de expresión en su rostro.

Hinata suspiró, sintiéndose derrotado, pensar aquello le molestó, porque nunca se dejaría ganar por un lobo tonto como Kageyama.

Intentó ordenar sus ideas ante la mirada insistente de Tobio, sentir la respiración del lobo tan cerca de él no le dejaba pensar bien, pero lo logró de cierta forma y comenzó a hablar.

—Cuando Sawamura-san y yo salimos, me contó sobre él y Daichi-san, sobre Miwa, tú...y como ustedes llegaron a la manada —Notó que la mirada de Tobio cambiaba repentinamente y que tenía intenciones de moverse, mas Hinata, teniendo sus manos libres, tomó el rostro del chico entre sus manos— Escúchame, no es lo que tu crees.

—¿No quieres que tome tu cortejo porque no soy el verdadero alf-..? —Shōyō presionó sus mejillas con fuerza— ¡Ay, ay!

—Te dije que me dejaras terminar, idiota —Aunque le había insultado y el agarre en su cara había sido un poco brusco, le dejó continuar sin rechistar— Gracias a tu madre, me di cuenta de que no conozco nada de ti y mucho menos tú conoces algo sobre mí. No sé cuál es tu comida favorita, no sé que solías hacer en tu día a día antes de que me conocieras, nunca sé como te sientes por mucho que intento leerte e intentar comprenderte...no sé nada de ti. Y aunque me dijiste que no te preguntara sobre ciertas cosas, eso no significa que no puedo preguntar sobre quién eres.

El rostro de Tobio se relajaba a medida que escuchaba la voz de Hinata, algo que realmente tranquilizó a este último.

—Por mucho que mi omega esté ansioso por... —El pelirrojo no pudo evitar que el calor subiera sus mejillas, aún así, no quiso apartar la mirada del rostro del chico— ...por sentir tus dientes mordiendo mi nuca y marcándome como tuyo, yo no quiero eso. No aún.

El pecho de Hinata bajaba y subía más rápido a medida que el nerviosismo y la vergüenza se apoderaban de apoco de él. Kageyama estaba seguro que hasta era capaz de escuchar el palpitar errático del corazón de Shōyō dentro de su pecho.

—Kageyama, yo quiero enamorarme de ti —Susurró suave y con un volumen bajo, pero audible para Tobio— Porque si nos vamos a emparejar sin sentir nada por el otro, ¿qué diferencia tiene con que estuviera en mi manada y me obligaran a emparejarme con otro lobo que estuviera dispuesto a cortejarme a pesar de mi condición?

Agregó lo último recordando su charla con Hitoka: un lobo de su antigua manada quería cortejarle y por eso su padre estaba pidiendo que volviese, pero Shōyō no estaba dispuesto a hacer lo que el líder de su antigua manada quisiera.  Ahora quiere ser él quién lleve las riendas de su vida.

El cachorro que trajo el invierno [KageHina]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora