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Aquella mañana el cachorro se sentía ansioso por dos razones.

La primera tenía que ver con lo ocurrido la noche anterior. El omega interior de Shōyō estaba inquieto de no tener al alfa cerca; verlo tan indefenso, tan frágil, sacaba a relucir el lado sobreprotector de la criatura al interior del chico de cabellos anaranjados.

Kageyama le había dejado solo hace una hora, ni siquiera lo despertó para ir a hacer el patrullaje matutino, probablemente seguía enojado por lo de anoche, y bueno, Hinata se estaba volviendo loco, tanto por no tener respuestas de lo que había sucedido y por lo nervioso que se sentía su animal interno.

La segunda razón se relaciona a la luna llena y a su unión con el alfa. Exactamente faltan 3 días para su primera luna llena fuera de su manada y la primera con una ''pareja'', si es que podemos llamar a Tobio así.

Si bien le pidió al alfa tiempo para enamorarse de él, entiende que también la nueva manada a la que pertenece necesita una respuesta a que el hijo mayor del omega líder haya encontrado a su pareja destinada: necesitan que Tobio Kageyama tome el mando y que el omega líder se de un merecido descanso.

Hinata miró por la ventana, buscando algo que lo distrajera de aquellos pensamientos, cuando un par de cabezas rubias se asomaron por los arbustos llenos de nieve cerca de la cabaña. Los ojos del omega se abrieron al notar que esos cabellos eran completamente familiares.

¡Eran Hitoka y Kei!

Corrió a la puerta y casi atropella a la hermana menor de Kageyama.

—¡Ay, que susto! ¡Shōyō! —Exclamó Miwa, llevándose una de sus manos al pecho.

—¡Lo siento, Miwa! —Se disculpó Hinata entre una pequeña risa— Necesito salir, recordé que...

"Inventa una excusa" — Pensó el mentiroso de cabellos anaranjados.

—...que Kageyama me había pedido que fuera a buscar algo donde su amigo... —Dudó un poco antes de pronunciar el nombre— Yamuchi.

Miwa lo miró confundida — ¿Te refieres a Yamaguchi?

—¡Sí! Él mismo —Soltó una risa nerviosa — No soy muy bueno recordando nombres.

La verdad es que Miwa no le creía del todo a lo que el cachorro decía, pues su hermano y Yamaguchi habían dejado de hablarse hace mucho, la muerte de su padre había provocado un antes y un después en Tobio. Las tardes en las que Tadashi iba a la cabaña a compartir con ellos fueron disminuyendo a medida que pasaban las semanas, lo más probable era que fuera por la indiferente actitud que había tomado el lobo de cabello oscuro cuando su amigo iba de visita. Tadashi solo estaba preocupado por su amigo, pero él no se dejaba ayudar y poco a poco lo alejó.

—Oh entiendo —Dijo relajadamente la chica— Aún así, yo necesitaba hablar algo importante contigo.

—Lo siento, pero ¿crees que puede esperar? —Se sintió apenado por rechazarla, pero necesitaba ir a ver a sus hermanos, si es que realmente eran. Quizás su mente solo le estaba jugando una mala broma.

—Claro —Una sonrisa burlona se posó en los labios de Miwa mientras veía al cachorro bajar por las escaleras apresurado— La casa de "Yamuchi" no queda muy lejos, así que no deberías tardar demasiado.

Hinata se calzó los zapatos y ya abrigado con una chaqueta y una bufanda salió cerrando la puerta de la cabaña detrás de él. Corrió hacia donde había visto unos minutos atrás a sus supuestos hermanos, sin embargo, no los encontró.

Pensó que quizás ya se habían ido del lugar, por lo que se adentró un poco en el bosque, dejando atrás la aldea que se había convertido en su hogar.

El cachorro que trajo el invierno [KageHina]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora