Al ver que era el chico que habías defendido de Daniel, sentía que la sangre que corría por sus venas hervía.
- ¿Me estas siguiendo? -Preguntó irritado aquel chico castaño.
- Claro que no, no seas idiota. -Respondió Eun-ji en seco.
-¿Entonces que haces acá?
- ¿Pero a ti que te importa?... ¿Que?... ¿No puedo estar acá?
- No es eso, solo te preguntaba porque vivo cerca de acá y no te había visto antes.
- ¿Y a mi que me importa?
Eun-ji se fue de ahí enfurecida. Sacó una bebida, fue a la caja para pagarla y se fue de ahí. Ella en serio estaba enojada con tan solo verla la cara a aquel chico desconocido.
Eun-ji estaba tan enojada y hundida en sus pensamientos que no se percató de los pasos detrás suyo, ella empezó a caminar más rápido para verificar si de verdad la estaban siguiendo y así era.Ella caminaba más rápido y esos pasos aumentaba su velocidad cada vez más. Alguien la tomó de su ante brazo y la volteo estanpandola contra un pared.
- Hola. -Dijo un señor que quizás le doblaba la edad a Eun-ji, este señor la miraba y sonreia mientras la tenía agarrada del brazo como antes mencionado.
- ¡Suelteme! -Dijo Eun-ji forcejeando el agarre de ese tipo.
-No te haré nada. -Dijo ese señor que aun tenía esa asquerosa sonrisa en su cara.
- Claro que no me hará nada. -Dijo Eun-ji para después hacer un movimiento con su pierna y pegarle en el entrepierna a ese tipo.
- ¡Carajo! -El señor cayó al suelo mientras se quejaba.
Eun-ji se le quedó viendo sin segundos o minutos contados para después correr e irse de ahí.
Ya estando más lejos volvió a sentir esos pasos pesados detras de ella, sintió la respiración más cerca y acelerada provocándole un escalofrío en su espalda, sostuvo con más fuerza la botella que tenia en su mano de derecha, la levantó y se dio vuelta para posteriormente tomar impulso y quebrar la botella de vidrio en la cabeza de quien estuviese detrás suyo, pero alguien fue mucho más rápido deteniendo la botella con su mano izquierda.
- ¿¡Que mierda ibas a hacer!? -
Dijo el chico de pelo castaño mirando a la menor con sorpresa y asustado.- ¿¡Que haces acá!?
- ¿¡Estabas por romperme eso en la cabeza!?
- ¿¡Me estas siguiendo!?
- Claro que no. -Aquel chico recuperó su postura y estiro la mano haciendo que Eun-ji bajara la botella lentamente.- Te vi pelear con un tipo y vine a ver si estabas bien.
Eun-ji lo miro extrañada por su comportamiento y por su comentario.
- ¿Me haces el favor de dejarme en paz, por favor?
- Bien.
Ella se dio vuelta para irse de ahí y alejarse de ese chico, pero apenas dio cinco pasos hacia delante se detuvo y se dio vuelta bruscamente para posteriormente dirigirse otra vez hacia el chico.
- ¿Sabes que?
- ¿Que? -Le respondió a Eun-ji un poco irritado por lo mucho que gritaba y se enojaba.
- ¡Dime tu nombre!
- ¿Por qué haría eso?
- Porque te veo por todos lados y al menos merezco saber tu nombre.
- Es justo, me llamo Kim Seungmin. -Le respondió con una sonrisa burlona.- Ahora dime el tuyo.
- Eun-ji, me llamo Seo Eun-ji. -Dijo con una voz firme.
- Listo, ya te puedes ir a casa, no me volveras a ver en tu inútil vida. -Le dijo el mayor a Eun-ji con una sonrisa satisfecha al pensar que se liberaría de ella.
De un momento a otro el lugar se volvió un tanto incomodo, el ambiente era angustiante y sofocante. Eun-ji se empezó a sentir un poco asqueada y triste por aquel comentario de seungmin.
Seungmin no había notado nada de lo descrito, por eso no tenía ninguna reacción a como se veía Eun-ji.
- ¿En serio lo crees? -Dijo Eun-ji con la mirada perdida.
- ¿Eh?
- No tengo a donde ir. -Dijo Eun-ji de la nada aun con la mirada perdida pensando en quien sabe que.
- ¿Te pasa algo?
Eun-ji regreso de su trance y lo volteo a ver a Seungmin aún triste.
Ella miró para todos lados sin haberle respondido a Seungmin, camino hacia el lado y se apoyo en la pared de un callejón en el que ya estaban adentro, se deslizó hacia abajo para después sentarse en el suelo. Seungmin la veía confundido y se sento a su lado un poco preocupado por la menor.
- ¿Me puedo quedar en tu casa? -Dijo Eun-ji de repente mirándo a los ojos de Seungmin sumamente preocupada y asustada.
- ¿Que? -Preguntó seungmin a Eun-ji sorprendido por la inesperada pregunta de ella.
- Solo es por hoy, por favor.
Ella se veía realmente preocupada y muy asustada. ¿Que era a lo que tanto temía Seo Eun-ji? Se preguntó seungmin a si mismo viéndola cada vez más confundido.
- ¿Acaso eres de la calle?
- ¿Que? -Preguntó aún sin analizar bien lo que seungmin le había preguntado- Ay no, claro que no, ¿sabes que?, mejor olvidalo. -Le respondió a Seungmin después de haber comprendido lo que el le había preguntado.
- Pues entonces vete a tu casa.
- Ya quisiera. -Le respondió mientras tenía su vista en un punto fijo en la pared de al frente de ella sin despegar la mirada en este.
- Ya entendí.
- ¿Que entendiste? -Despegó la mirada de la pared y lo volteo a ver irritada por el comportamiento tan despreciable de este tipo que parecía solo ganarle por un año.
- No te llevas bien con tus padres. -Afirmó con un tono frío en su dulce voz.
- ¿Y tu si? -Le preguntó a seungmin enojada por lo que salió de la boca de seungmin.
- No, me llevo muy mal con ellos, solo supe entenderte. -Respondió seungmin con un tono más cálido en su voz.
- Pues, lo siento por lo que sea que estés pasando. -Dijo Eun-ji calmada y desviando su mirada de la de Seungmin.
- Digo lo mismo.
- ¿Del uno al diez que tan mala es tu relación con tus padres? - Preguntó tratando de no romper la conversacion que había entre ellos y crear un ambiente incómodo.
- Un diez, ¿y tu?
-Definitivamente un diez.
- Mala suerte para nosotros.
Después de eso el silencio cálido se apoderó del lugar, por alguna razón sentían ese silencio cálido y cómodo, era mejor que estar discutiendo a cada rato.
- Escapemos. -Dijo Eun-ji con su mirada perdida en la pared de al frente, nuevamente.
- ¿Que? -Estaba sorprendido por lo inesperado que fue el comentario de Eun-ji.
- Los dos juntos. -Prosiguió diciendo Eun-ji su idea que quizás a seungmin le parecía loca e inútil.
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"Let's scape from the hell" || SEUNGMIN
Fiksi Penggemar- Escapemos. - ¿Que? - Los dos juntos... ¿Que sucedería si dos jóvenes que tienen una vida en la que no dejan de sufrir se conocen? En las paredes de sus casas se esconden secretos que no alcanzan de salir de la puerta, por las mismas razones, ell...