No puedo creer lo que voy a decir pero tal vez la compañía de Edward no es tan mala después de todo. Danzábamos entre el gran arbolado, los pinos nos recibían junto a la fuerte brisa que azotaba sus ramas mientras que las gotas saladas caían del nublado cielo azul marino, y gracias a nuestra visión super desarrollada podíamos admirar su recorrido desde las nubes hasta estrellarse contra la tierra, ahora húmeda.
Era divertido saltar entre las ramas de los pinos mientras el me pisaba los talones camino a encontrar algo que beber, y al paso en que me acercaba al lugar trataba de perderlo entre risas y pequeñas peleas. Salte sobre un pino en especifico, este no tenía tantas ramas como los demás y se encontraba a una distancia favorable de mi futura cena. Podía olerlo.
Subí hacia la punta del pino con agilidad, encajando mis dedos en la dura madera de este para tomar el impulso necesario para subir, admitiendo que era la primera vez desde que llegue aquí que me animaba a explorar tanto el bosque. Una vez que estuve en la cima exhale profundamente y podía oler la humedad del ambiente, el olor a tierra mojada, el musgo de los arboles y las hojas de los mismos. Escuchaba el caminar de los animales que se encontraban en un radio de varios kilómetros de distancia, su tranquila respiración y las ramas que crujían bajo sus pies, haciendo que sonriera sin poder evitarlo, en ese momento sentí a mi acompañante llegar junto a mi con agilidad.
—¿Esperas algo?—pregunto con una sonrisa burlona, seguro pensando que lo esperaba.
—Disfruto de la vista que me brinda el lugar, no pensé que este bosque llegara a ser tan...mágico.—reí como una niña al decir aquello, a pesar de que pudiese considerarse algo infantil, lo había dicho sinceramente.
Esta parte de Forks, esta pequeña parte de mi nuevo hogar, me brindaba una verdadera sensación de bienvenida. Me hacía sentir en casa, y entendía la nostalgia de mi padre cuando me contaba sus aventuras en este mismo lugar.
—¿Te gusta?—volvió a interrogar Edward, quien ahora parecía intrigado. Sé que deseaba saber lo que pasaba por mi mente, cosa que no le he permitido aún.
—¿Cómo no hacerlo? La maravillosa vista sacada de la pagina de un cuento de hadas, la tranquilidad y el silencio que solo se ve opacado por el sonido de la lluvia chocando contra los pinos solo para seguir cayendo de rama en rama hasta impactar con la tierra y las raíces que sobresalen de ella.—pausé para saltar, cayendo fácil y silenciosamente en la tierra y comenzar a caminar entre los arboles con elegancia y cautela al sentir a Edward detrás de mi. —Los animales que podemos escuchar a la distancia, la sensación del agua sobre la piel...es simplemente un sueño.—finalicé al voltearme, brindándole una sonrisa mientras el me devolvía otra más sutil.
—No pensé que fueras alguien que se expresara de esa manera.—dijo, alzando la comisura de sus labios mínimamente.
—Las apariencias engañan y, de cualquier manera, ¿Qué hay de malo en exteriorizar lo que pienso?—esto pareció dejarlo pensativo, tanto que la seriedad volvió a sus facciones.
—Ahora...—se detuvo un segundo, pensando en si continuar o no.
—¿Sí?
—No creo que sea necesario que termine de hablar, después de todo, seguro leíste en mi mente las palabras que saldrían de mi boca.—Eso me hizo reír y paré mi caminar para encararlo, siendo consciente en ese momento de que el avanzaba guiándose de mis pasos, guardando muy poca distancia.

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Twilight: polyamory.
FanfictionEdward siempre fue el llanero solitario, ¿Qué tal si al haber encontrado a su "Tua Cantante" en Isabella confundió sus sentimientos con las ganas de beber su sangre? ¿Qué hay de Isabella? ¿Su obsesión con la familia Cullen no influye en el "Amor" qu...