Twilight: polyamory.

|| Chapter 14 ||

No sabía cuánto tiempo habíamos pasado en aquel arrollo pero volvimos al atardecer. El camino de regreso a mi casa fue tranquilo, entre bromas y conversaciones que me ayudaron a conocer a Emmett un poco más y pude darme cuenta que, dejando de lado ese aspecto de chico rudo y engreído, se podía apreciar a un chico tierno, caballeroso y sensible.

Lo único que ocupaba mi mente aparte de ese chico, era Jasper. Inevitablemente pensé en el y en como le explicaría que tuve un momento tan íntimo con su hermano, poco tiempo después de que el me consolara y nos acercamos más. Porque era más lógico a simple vista que terminara besando a Jasper en lugar de Emmett, ¿No? Era puro sentido común, pero aquí estaba: tomada de la mano del fortachón mientras contemplamos el sendero cercano de varios metros que llevaba a mi residencia.

—Supongo que aquí nos despedimos. Me divertí mucho, Emm.

El frunció el entrecejo y me acercó a el, aprovechando que estuvimos tomados de las manos todo ese tiempo, y con su mano libre acaricio mi mejilla.

—No es una despedida. Es el comienzo.—yo suspiré, sintiendo el calor subiendo a mi rostro y volviendo a traicionarme como horas atras.—Ahora que te tengo no pienso dejarte ir.—entonces me besó y las piernas me flaquearon.

El me sostuvo con firmeza y yo disfruté del contacto que me brindaban sus labios. Era dulce, lento y pausado. Mis manos fueron a su pecho e inmediatamente nos separamos pues necesitaba respirar.

—Ni siquiera sé que podría decirle a...—deje la frase inconclusa, ¿A quien no podría contarle sobre esto? ¿Me refería a mi padre? O ¿Mas bien a un rubio en particular?

Emmett pareció leer la expresión en mi rostro y sonrió burlón.

—Puedes estar tranquila, todo se resolverá a su debido tiempo.

Dicho esto, dejó un beso en mi frente y desapareció a velocidad sobrehumana, dejándome aún confundida y vacilante. Sería un terreno complicado de hoy en más.

|...|

—Hola.

—Carajo, Jasper. Que puto susto.—solo sentí la brisa en cuanto se posicionó a mi lado, no me percaté ni siquiera de su aroma.

Con una mano en mi pecho traté de calmar mis nervios. Estaba tan absorta en mis pensamientos que no me di cuenta ni siquiera de cuánto tiempo había pasado desde que llegué a casa.
Había tomado una ducha ya, así que solo me tumbe en mi cama para pensar mientras me alimentaba con un vaso de A+ por pedido de mi padre.

—Tienes la guardia baja. Ni siquiera notaste que estuve cinco minutos sentado en las bancas fuera de tu casa.

—Lo siento.

Solo pude decir eso. Me acomodé mejor en mi almohada y miré a Jasper por fin, quien miraba un punto fijo cerca de mi mesita de noche, entonces me di cuenta que estaba absorto en la sangre que estaba bebiendo y que dejé descansando allí.

—Perdoname, si quieres puedo sacarla de aquí.

Me apresuré a tomarla para llevarla al refrigerador pero su mano me detuvo.

—Estoy bien, no te preocupes. Es importante que te alimentes, por favor, continúa.—su acento sureño me sacó una sonrisa y me dispuse a acabarme el líquido carmesí con rapidez para no importunarle más.

—¿Qué tal tu día? ¿Disfrutaste tu paseo?—me sentí ahogar en cuanto lo escuché y empecé a toser debido al último sorbo que se escapó por mi garganta casi sin quererlo.