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Después de unas semanas, Baji Katsumi se sentía mucho más cómoda con su madre y hermano mayor, aunque a veces peleaban por cosas tan simples como por quién ocupaba el baño primero o por quién se terminaba el ramen primero.

Eran competencias normales entre hermanos, pero se divertían mucho al final.

Un día Keisuke invitó a Katsumi a sus clases de karate en el Dojo Sano tras de tantas súplicas de su hermana.

--Puede que te aburra, no es llamativo para las chicas.

--Ya estás de nuevo con eso. Yo quiero ir a ver.

Cuando llegaron al lugar, Baji Katsumi quedó en las afueras de la puerta del lugar, viendo como un sensei muy anciano daba ordenes y muchos niños en filas tiraban puños y patadas coordinadamente.

-¡Oi, Oi! --decían cada vez que lanzaban un puño.

Esto es maravilloso, pensó Katsumi.

Mientras ella miraba, notó a una niña igual de pequeña que ella, era rubia y miraba desde el otro extremo del Dojo tímidamente.

¿Acaso entrenan niñas aquí?

No, no parecía ser eso, la niña parecía estar ocultándose y observando tímidamente.

Pensó en ir a hablar con ella pero la voz de un chico más grande captó su atención cuando él dijo su apellido.

--Lo haces bien para ser un delincuente, Baji. --Dijo el chico, al parecer no era a ella, sino a su hermano.

--¡Shinichiro! --Su hermano se notaba emocionado con aquel chico más grande.

--No tienes que gritar. --contestó nervioso.

De repente el sensei anciano le gritaba al tal Shinichiro mientras esté corría. Era un regaño a Shinichiro por holgazanear y el anciano precía muy enojado.

--No tienes motivos para acabar como él, Keisuke. --le decía el sensei anciano a su hermano.

Por un momento la chica rubia se acercó un poco más al Dojo para alcanzar a ver mejor.

Y cuando esta vez Katsumi iba decidida a hablarle, un niño había captado su atención, era un poco más bajo que su hermano, rubio y de ojos negros prácticamente volaba mientras daba patadas fuertes con su entrenador. Era magnífico que no pudo evitar decir "waoh" bajito y con sus ojos brillantes de asombro.

La chica rubia, su hermano y ella miraban asombrados.

Pero Keisuke no pudo evitar sentir un poco de celos al ver como su hermana miraba a aquel niño, que era su amigo, con tanta admiración.

Jah, ni a mi me miraba así cuando estaba entrenando, pensó.

--Sensei, ¿Por qué él sigue entrenando si ya es fuerte? --preguntó Keisuke.

--Es un genio --fue lo único que pronuncio el sensei anciano ignorando a Baji --. Después de todo es mi nieto. --tenía su pecho elevado de puro orgullo.

Katsumi al escuchar aquello soltó una risa tímida.

--Sí, parece que sí es un genio. --dijo Katsumi y al escuchar eso, Keisuke molesto fue a retar a su amigo.

--Oye, Sano. ¡Entrena conmigo!

--¿Hum? No, gracias no quiero terminar todo sudado.

--¿Entonces por qué vienes a entrenar al Dojo? --dijo Keisuke con frustración.

--Para que todos vean mi talento. --Contestó el chico con aires de superioridad.

Claro que Baji estaba a punto de descontrolarse por la actitud egocéntrica de su amigo. Y Katsumi se echó a reír al ver a su hermano tan enojado que se le notaban las venas de la frente.

TOKYO REVENGERS «Baji Katsumi» Mikey x Katsumi (La Hermana De Baji Keisuke) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora