𝔏𝔞 ℌ𝔦𝔧𝔞 𝔡𝔢𝔩 𝔖𝔬𝔪𝔟𝔯𝔢𝔯𝔢𝔯𝔬 (ℭ𝔥𝔦𝔰𝔥𝔦𝔶𝔞 𝔵 𝔏𝔢𝔠𝔱𝔬𝔯𝔞)

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6 AÑOS DESPUÉS DE BORDERLAND

"El tiempo ha pasado muy rápido, Chishiya y yo nos casamos, ahora teníamos una bella niña de 5 años y un gato idéntico al que vi en Bordeland.

A decir verdad ya prácticamente no teníamos recuerdos de ello, pero no quería olvidar cómo conocí a mi esposo, por lo que, al año de haber regresado, lo escribí en este diario. En ese entonces no sabía que lo olvidaría, pensaba que era una de esas cosas difíciles de olvidar, pero no fue así, ya no quedaban más que pequeños fragmentos que si no lo tuviese escrito, no tendrían sentido alguno y terminaría creyendo que se trataba de algún sueño.

En fin, lo escribí antes de olvidarlo y ya que llegue al final, solo quería dejar una especie de moraleja. No porque se vaya a publicar ni nada por el estilo, lo escribí no solo para mi esposo y para mi, sino también para mi pequeña Yuna.

~Cuando crezcas y llegues a la adolescencia seguramente sientas que todo está en tu contra, que todo comienza a salir mal y eso te deprima.
Pero piensa en esos malos momentos como obstáculos que definitivamente vas a superar porque no estarás nunca sola, además estoy completamente segura de que eres más fuerte que cualquier situación de mierda. "Nada podrá hacerte caer", decir eso es una idiotez, porque caerás muchas veces, lo importante es que sepas levantarte, sacudirte la tierra y decir: "Esta mierda duele" y continuar como si nada hubiese sucedido, es difícil, claro que sí, pero no imposible.
Recuerda princesa...

Lo que no te mata, te hace más fuerte.~"

—¡Papá! ¡No encuentro a Tsume chan!— Exclamo una pequeña de 5 años en un tono preocupado al no encontrar a su gato.

—Debe de estar con tu madre en mi despacho, al menos hasta hace una hora estaba allí.— Respondió el peli blanco desde el sofá leyendo un libro de medicina avanzado.—Ven, vamos a buscarlo.— Deja el libro y le sonrie a su hija para levantarse tomando su manita.

—¿A quién van a buscar?— Sonríe la azabache al final de las escaleras acercándose a su hija y esposo.

—A Tsume chan, mami.— Le respondió la pequeña Yuna jalando la mano de su padre.

—Él salió  por la ventana a tomar sol seguramente, lo vi en el tejado antes de salir.— Responde la mujer sonriéndole con ternura y besa su frente al agacharse a la altura de su hija.

—Ouh~..— Se quejó la niña para luego suspirar.

El peli blanco sonrió viéndolas e iba a decir algo cuando el timbre le interrumpió.

—Yo abro.— Dijo él y de inmediato soltó la mano de su hija para ir a abrir.

—Chishiya, querido, ¿cómo están?— Dijo una mujer ya algo mayor en modo de saludo.

—Hola suegra, todo bien, gracias, ¿y usted?— Respondió haciéndose a un lado en gesto de que entrara.

—Me alegro, gracias y también estoy bien.— Entro con una sonrisa de oreja a oreja.

—¡Abuelita!— Corrió la niña a los brazos de la mujer para abrazarla.

—Hola belleza, ¿cómo estás?— Correspondió al abrazo riendo un poco para luego cargarla y ver a la madre de la pequeña.—¿Ya se lo has dicho, cariño?—

—Bueno, apenas me desocupe mamá.— Sonrió un tanto apenada.

—¿Decir qué a quién?— Se acerco Chishiya confundido poniéndose al lado de ____(tn).

—Yuna chan, vamos a jugar con tus juguetes al patio, ¿si?— Dijo volteando hacia su nieta.

—¿Eh?— Miro un tanto confundida a su abuela hasta procesar lo que le había dicho y sonrio con un brillo de emoción en sus ojos.—¡Sí!— Exclamó riendo y su abuela se encaminó al lugar  dicho.

—¿Y bien?— Musito en tono divertido antes de besar la mejilla de su esposa rodeando su  cintura con sus brazos.

—Bueno, respondiendo es decirte a tí que fuimos al médico por mis malestares, ¿recuerdas?— Dijo recargandose sobre su marido.

—No me digas que...— Se separó un poco volteandola para tomar sus manos.

—Mm, según los exámenes que me hicieron seremos padres otra vez.— Musito viendo divertida la cara de asombro de Chishiya, la cual no aprecio por mucho ya que este la abrazo.

—Gracias, gracias, gracias.— Agradecía repetidamente ejerciendo un poco más de fuerza en el abrazo sin lastimarla.

—No es como que haya hecho todo el trabajo sola, Shuntaro~— Río leve causando que también él riera y correspindio al abrazo.—Te amo gatito.— Susurró.

—...—Él la separo para verla con algo de nostalgia, hace mucho tiempo que ya no había escuchado ese, según él, absurdo apodo.—Y yo a tí.— Río leve para luego besarla dulcemente, beso que la azabache siguió con gusto.

Al separarse salieron al patio encontrando a su hija jugando a las atrapadas con su abuela.

—¿Podemos unirnos?— Cuestiono la azabache.

—¡Sí! ¡Mami y papi también jugarán! ¡Papi atrapanos!— Exclamó levantando los brazos para comenzar a correr riendo y así la familia comenzó a jugar.

♦️♣️FIN♥️♠️