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LIZBETH

En fin entramos al estadio y me dirigí al área de comidas ahí estaba esperándome alguien muy especial para mi.

—Esperame voy por las entradas, —le dije a Erick. No me perdió de vista mientras me acercaba al área de comidas y se quedó como a tres metros de mi, me acerqué a la taquilla y ahí me había dejado mi tio las entradas desde hace más de diez años que maneja el aparcadero de comida en el estadio su local es el mejor del estadio y se llama "LA PARRILLADA DEL DOMINGO" y es el mejor local de nachos, alas de pollo a la barbacoa y cerveza del estadio.

Luego le dije a Erick —vamos.

—¡Tio! — le dije al acercarme a la barandilla del puesto.

—¡Mi niña! —dijo al nomas viéndome pero siguió con las manos ocupadas.—¿Cómo estas hija? —me preguntó.

—Bien tio, vinimos al partido—dije señalando a Erick.

—¿Y tu papá? —dijo dándonos una mirada.

—Él está bien, tiene mucho trabajo.

—Como hace mucho que no los visito. —dijo algo serio.

—¿Estas muy ocupado hoy? —dije al verlo un poco apresurado a contestarme.

—Algo, aún me faltan por llegar dos meseros—dijo viendo alrededor.—¿Es tu novio?— dijo dándome una sonrisa subiendo y bajando las cejas.

—Claro que no, es mi amigo. —asegure de inmediato.

Se nos quedó viendo pero sonrió, me dio la espalda y luego agarró dos cuencos llenadolos con nachos, queso y jalapeños luego lleno una caja familiar de palomitas puso todo en una bandeja y me lo acercó.

—Prueben esto y díganme si esta bueno, ahh y sírvanse la soda que quieran.

—Gracias tio. —dije mandándole un beso a travez de la barra le hice una seña a Erick para que se ecercara y le di la bandeja.

Erick sacó su cartera pero mi tio lo paró y siguió con el cliente de atrás.

—Ahh no, la familia no paga. —dijo mi Tio de inmediato.

—No, insisto. —dijo Erick.

—Ni los amigos de mi familia—terminó mi tio. —vayan el partido ya casi va a empezar.

Tras servirnos un vaso de soda cada uno nos fuimos a los asientos, eran buenos casi a la mitad del estadio y junto con un montón de fans de los Yanquees.

***

Momentos después en el medio tiempo...

—Todo estaba muy bueno—dijo Erick refiriéndose a la comida —relamiéndose los dedos.

—Lo sé, alguna vez los invitaré a una parrillada en mi casa, o en Navidad hay de todo a Elisa le gustará.

El juego tardó muy poco menos de lo que imaginé justo quería mostrarle todo a Elisa la zona de fotos, el marcador y en eso estaba pensando cuando Erick me distrajo con una pregunta que no quise contestar de inmediato.

—Si te gusta tanto porque no seguiste con el baseball a una liga ya profesional. —mientras me veía serio.—de inmediato pensé "eso solo se lo he contado a Elisa ".

—No te lo ha contado Elisa verdad. —por su tono era más que obvio.

—No—contesta él y yo le creo por la cara que pone asi que empiezo dónde todo comenzó.

—La final del campeonato era la semana siguiente y como la obsesiva que soy entrené hasta tarde porque estaba obsesionada con que podía darle el efecto curvo que quería a la bola. Sin darme cuenta me quede sola ya algo tarde, en la jaula de bateo y al salir del gimnasio y cerca de la autopista vi a tres chicos molestando a una chica, no sé que me paso por la cabeza pero no podía sólo irme así que bueno agarre el bat y...

MI COACH DEL AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora