Dos

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Los ojos de Baekhyun se abrieron poco a poco hasta que pudo ver frente a él al hombre del día anterior; por un momento pensó que todo había sido un sueño y que despertaría en alguna camilla de hospital, pero no, él estaba ahí secuestrado por un delincuente.

Cuando quiere poner su mano sobre su boca para tapar su bostezo, se acuerda que estaba esposado a la cabecera por lo que solo hizo ruido del metal. 

—Te apesta la boca, —susurra de mal humor aún con los ojos cerrados. 

—Es que no he podido lavarla, —responde un poco avergonzado. —Dame un cepillo, —exije mientras vuelve a bostezar provocando que el otro se aleje.

—Te estás pudriendo, —abre los ojos y sacude su cabeza para después levantarse poco a poco de la cama mientras estira sus brazos. —Ya vengo, —fue lo único que dijo antes de salir del cuarto.

Después de un largo rato, el hombre volvió con una funda en la mano que tiró junto al doncel. Luego saco unas llaves del bolsillo de su abrigo que estaba sobre una silla para poder acercarse al doncel y quitarle las esposas.

—Gracias, me dolían mis pobres brazos, ¿Tú mamá no te enseño como tratar a un doncel? —hace un mohín mientras el otro desata sus tobillos.

—No tuvo tanto tiempo, la corte en pedazos antes de los diez, —su voz sale con naturalidad para después quitar el nudo en las muñecas.

Baekhyun se quedó en silencio por un momento procesando lo que el otro le dijo, luego sacudió su cabeza y empezó a reír ganándose una mirada del alto, —por poco hiciste que me lo crea, —sigue riéndose provocando que el otro también comience a reír, pero en voz más baja.

Una vez lo soltó, el alto se aparto para coger la funda y entrar al baño, ahí había pasta, hilo dental, enjuague y un cepillo de cerdas suaves. Mientras se limpiaba los dientes pensó en lo que le dijo, pero luego solo sonrió, debía ser solo una broma. 

Cuando terminó fue hacia la taza para hacer sus necesidades, pero de pronto sus ojos se agrandaron ya que su pie se deslizo por el agua que había caído hace un momento del lavabo; un grito fue todo lo que pudo emitir e intento agarrarse de algo, pero simplemente cayó de manera brusca al suelo.

—¿Pero qué rayos? Solo me causas problemas, —dice el alto mientras entra al baño para luego recoger en brazos a Baekhyun.

—Eres un grosero, me duele, —un par de lágrimas salieron por sus ojos mientras se quejaba como un niño. 

—Es obvio, casi te matas. No puedo creer que alguien ni siquiera pueda lavarse la boca sin terminar con una herida, —rueda los ojos mientras pone al doncel sobre la cama recostado. 

—Cayó agua al piso y por eso me caí, —explica aún quejándose. —Es tu culpa, —frunce el ceño.

—¿Es mi culpa que seas torpe? —arquea una ceja mientras limpia la herida del doncel para luego poner una crema desinfectante. 

—No, es tu culpa porque no me has dado algo para mis pies, —se cruza de brazos, pero luego se queja porque la piel de sus palmas se lastimó. —Estoy descalzo.

—¿No quieres que traiga salmón también? —se burla mientras guarda todo y luego saca dos pastillas.

—¿Ahora quieres drogarme? —mira con desconfianza los fármacos. 

—Son para el dolor, —rueda los ojos, —mira que estoy portandome muy bien contigo y aún así desconfías, —le extiende las pastillas y el otro las toma.

—Bueno, está bien, —acepta cuando se traga las píldoras. 

—Bueno, bueno, vístete, nos tenemos que ir, —coge una mochila para sacar un abrigo largo que se lo da. 

Tormenta de Amor || ChanbaekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora