Quince

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Chanyeol tenía una pésima reputación entre los criminales de Asia y no había sido solo por su mirada espeluznante y su gran altura capaz de minimizar a cualquiera que se ponga contra él.

Era uno de los criminales más buscados en dos continentes, pero sabía cuan patética era la policía buscándolo así que él ni se inmutaba. Muchas veces se paseaba por comisarías sabiendo que ellos jamás iban a encontrarlo, contando con el hecho de que Asia no era uno de los continentes dónde lo buscaban.

Incluso compañeros de profesión le solían temer debido a su crueldad y sangre fría al momento de efectuar sus trabajos. Habían pequeñas ocasiones dónde debía trabajar con otros y podían ver su nivel de sadismo.

Sin embargo, ahora estaba rogándole a través de la puerta a su amante que coma su desayuno ya que el niño se negaba. Chanyeol resopla queriendo meterle el plato por la boca y retarlo con un cuchillo en el cuello, pero no iba a hacerlo.

—Baekhyun, te vas a enfermar, —cruza sus tobillos mientras deja caer su frente sobre la madera de la puerta.

—¿Y? ¿Te importe cuando te cogías a esa persona? —le grita de regreso.

—Baekhyun ya entendí, abre la maldita puerta, —suspira y retuerce sus dedos para no hacer algo de lo que podría arrepentirse.

—Y entra, es tu casa ¿No? Ayer en la noche entraste sin permiso, —se encoge de hombros y comienza a comer un durazno. 

—Simplemente no quiero que te enfermes, quiero que tú seas quien me abra.

—Pues sigue queriendo, ya no me molestes, voy a seguir durmiendo, —su voz estaba cargada de molestia y con un bufido se arropo en las mantas para comenzar a quedarse dormido.

Chanyeol cerró sus ojos por un momento intentando tranquilizarse ya que no quería tumbar la puerta como lo había hecho antes, abre sus ojos desviando la mirada para luego dar media vuelta yéndose del lugar. 

Salió de la casa para poder respirar algo de aire fresco, necesitaba calmarse; era cierto que él nunca había sido el mejor demostrando sus sentimientos o siquiera teniendo sentimientos, pero quería estar junto a Baekhyun, eso era cierto, sin embargo no sabía bien como comportarse o que hacer ya que desde hace muchos años no había amado a nadie.

Se sienta en las pequeñas escaleras de la entrada mirando al río frente a la casa, tan calmado y tan limpio aunque jamás se había sumergido en sus aguas, sabía que sería refrescante. Saca un cigarrillo de su chaqueta para luego encenderlo colocándolo en su boca.

Mientras el humo ascendía al cielo, los pensamiento de Chanyeol eran un lío. No entendía porque Baekhyun estaba tan enojado, es decir, no es como que haya tenido un amante o algo así, solo fue una puta de camino a la cual mató. Vuelve a dar otra calada pensando en cómo podría contentar al doncel, quizá rosas o chocolates; lo había visto en las novelas aburridas que veía su madrastra y su madre adoptiva.

Sin embargo creía que Baekhyun no era el tipo de persona que le perdonaría solo comprándole algo bonito o dulces; quizá se las arrojaría por la cabeza, las flores porque seguro se comía los chocolates para luego tirarle la caja. Se ríe en voz baja pensando que los portadores eran un dolor de cabeza y que nunca los iba a entender; ahí estaba su hermana en la adolescencia viviendo con un maltratador que no quería dejar o las veces que su condición de asesino atrajo a muchos.

Se levantó cuando su cigarrillo se terminó y camino a la cocina para tirar la colilla; no presionaría más al doncel, si él quería salir que lo haga y si no, entonces tampoco iba a seguirle rogando. Sacó una cerveza de la refrigeradora para luego ir al sofá a mirar algo de televisión, pensaba que los días sin su ruidosa pareja eran ciertamente aburridos… Cómo antes.

Tormenta de Amor || ChanbaekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora