Nuevos entornos.
Jess.
—¿Como está todo?— pregunta mamá.
Estamos sentadas en su sillón, vine a visitarla como suelo hacerlo al menos una vez a la semana o más si es que tengo el suficiente tiempo. Hace tan solo unos minutos terminamos de almorzar una rica comida que ella preparó sin embargo eso no fue impedimento para que yo luego ataque el helado guardado en el refrigerador que ahora tengo en mis manos.
—¿Bien?— contesto sin entender porque el tono sospechoso en su voz hace unos instantes —¿Tendría que no estarlo...?
—Para nada— niega con su cabeza.
Es una mujer muy bella, y de hecho compartimos ciertos rasgos como los ojos color almendra, nuestra mandíbula que se encuentra bastante definida y nuestro cuerpo delgado y dotado por genética entre otros detalles como nuestro cabello ondulado o piel naturalmente morena.
—¿Entonces?— me giro a verla dejando quieta la cuchara dentro del pote.
—Pareces más... risueña, solamente eso— ella sonríe.
Yo sigo sin entenderle, no sé ni siquiera que significa esa palabra.
—Ajá...
—Que te ves más feliz— dice explicándome mientras clava su dedo índice en el centro de mi frente.
—¡Oh!— ahora entiendo— Quizá, pero es bueno, ¿No?
—Para una madre no hay mejor satisfacción que ver a su pequeña alegre— asiente muy convencida y positivamente.
—Me alegra satisfacerte— bromeo.
Ella me sonríe.
—¿A qué viene esa repentina felicidad? Tú sueles estar de malhumor todo el tiempo.
¡Ey!
Abro los ojos y realmente no sé que contestar por lo que me quedo callada pensando durante lo que son unos segundos cuando mamá vuelve a hacer otra pregunta.
—¿Has conocido a un chico, mi JessieJess?
—Uhm, ¿No?
—Jessy...
Me conoce como si me hubiera parido...
Porque es exactamente lo que hizo.
—Si— admito simplemente— pero no te daré detalles al respecto.
—¿Por qué no? Soy tu madre— dice, sin embargo no lo dice de una manera de reproche o autoridad, solamente con ganas de saber más sobre lo que está ocurriendo en mi vida.
Y la verdad es que ni yo sé lo que está pasando con Damen, solamente sé que hemos estado hablando durante un par de semanas y nos hemos visto una que otra vez en el café sin perder esa aura que nos rodea a cada momento.
—Si algún día pasa algo que sea digno de contarte te lo contaré— le aseguro.
Ella levanta sus cejas y se cruza de brazos.
—Pues a mí nunca me dijiste como perdiste tu virginidad.
—¿Y qué si nunca lo hice?— imito su gesto.
—No intentes mentirme o tratarme de tonta Jess, un condón tapo el baño hace años y tu reacción al otro día...
Mi rostro se deforma ante una mueca de espanto. ¡¿Por qué nunca me lo dijo?!
La perdí en una fiesta que hice en mi propia casa cuando mi madre estaba en un trabajo de turno nocturno, no fue nada especial, tenía diecisiete y fue con un chico que... digamos que ninguno de los dos estaba para nada experimentado, ninguno de los dos sabía con exactitud lo que hacía, solamente se dió en el momento y luego nunca más nos volvimos a ver, lo que casi prefiero ya que sería muy vergonzoso recordar la situación.
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Perfectamente Imperfectos ✓
RomanceJess Martin lleva una vida tranquila y sin problemas mientras trabaja como mesera en una cafetería. ¿Pero que pasará cuando se encuentre con un peculiar cliente? Damen Rist ha sido capaz de despertar nuevas sensaciones y sentimientos en ella que no...