Terror.
Jess.
Daniel se encuentra sentado con sus piernas cruzadas sobre mi sillón frente a mí con una gran sonrisa en el rostro como el chismoso que es luego de que le haya contado lo que pasó hace dos semanas con Damen.
La verdad es que antes no tuvimos mucho tiempo para hablar y juntarnos, por lo que para él es aún un acontecimiento reciente.
Mis turnos esta semana en la cafetería han sido cambiados, más precisamente por mí. Una de las empleadas del turno noche necesitaba por razones personales que sinceramente no le pregunté, los turnos de la mañana por un tiempo y yo al verla tan insistente en el tema acepté intercambiarlos, después de todo nunca pensé que el trabajo de noche sería tan pesado como en realidad lo es.
Luce fácil, y piensas que por la noche o la madrugada no habrá mucha gente a causa del horario pero no. Si bien no va una gran cantidad de gente adulta, si va una gran cantidad de adolescentes borrachos en busca de café para poder despertarse mínimamente un poco y que no sea tan obvio el descubrimiento hacia sus padres.
Ahora entiendo porque siempre en los turnos muy tempranos que tuve que cubrir se encontraba todo tan desordenado y caótico.
Volviendo al tema de Damen, hemos estado hablando durante todo este tiempo y nos siento más cercanos a este punto, me doy que es lo único que quiero, acercarme cada vez más y más a él.
—¿Entonces del uno al diez cómo estuvo?— Daniel insiste por tercera vez.
—¡Que no te lo voy a decir, pesado!
—¿Por qué? No me pondré celoso, yo lo hago muy bien.
—Siempre tan humilde— giro mis ojos.
—¿O será que lo hizo tan mal que no lo quieres avergonzar?— él sonríe.
—¿Pero de qué hablas? ¡Si fue muy bueno!
—¡Ja!— él me señala triunfante y yo niego con mi cabeza— ¿Del uno al diez?
—¡No te diré!
—¿Por que no? ¡Soy tu mejor amigo!
—¡Pero es mi intimidad!
—Y yo que te conté tantas anécdotas...— se hace el ofendido poniendo la palma de su mano entre nosotros— ... esto se acabó.
Sé que está dramatizando pero por si acaso no puedo permitir que de verdad ya no me cuente sus anécdotas, ¡Suelen ser muy dramáticas y divertidas!
—Un diez es poco— digo por lo bajo, sin embargo es el tono suficiente para que él me escuche.
Baja su mano y puedo volver a ver su rostro casi iluminado ante mi respuesta.
—¿Qué?— pregunto cuando no deja de mirarme.
—La verdad es que ahora si me siento celoso— asiente.
—¿Por mí?— dramatizo juntando mis manos y poniéndolas sobre mi pecho— Oh mi querido, creí que ya sabías que lo nuestro era solo una inocente amistad.
Él frunce el ceño divertido mientras niega y comienza a hablar y enumerar con sus dedos.
—Primero, nuestra amistad inocente no es— dice divertido, y es cierto— y segundo ya quisieras que sea por ti.
—Pues la verdad que no, yo estoy bastante bien con Damen— digo devolviéndole la sonrisa burlona.
Él niega y se cruza de brazos dejando de mirarme y clavando su vista al frente.
ESTÁS LEYENDO
Perfectamente Imperfectos ✓
RomantizmJess Martin lleva una vida tranquila y sin problemas mientras trabaja como mesera en una cafetería. ¿Pero que pasará cuando se encuentre con un peculiar cliente? Damen Rist ha sido capaz de despertar nuevas sensaciones y sentimientos en ella que no...