Epílogo

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Café Martin.

Jess.

Paredes pintadas de beige, pisos limpios y brillosos. ¿Las mesas? Las mesas ya no tienen telas ni manteles, dejando ver la madera del cual están construidas y dándole un toque rústico al lugar tal como siempre me ha gustado.

Por fuera me he encargado de regar cada una de las plantas y flores todos los días. La barra está impecable, y por arriba de ella hay ciertas decoraciones desde cuadros, floreros y más.

Ha sido un trabajo de meses, pero ha valido la pena y estoy muy orgullosa de ello.

Mis amigos me han ayudado en todo momento para que así podamos hacer todo lo más rápido posible. Y lo logramos, tan solo tres meses más tarde todo está perfectamente listo para abrir hoy mismo.

Nos hemos encargado de repartir volantes por toda la ciudad. ¡Estoy emocionada!

-¿Qué haces?- Damen sale del pequeño almacén trasero y se dirige hacia mí viendo que estoy apoyada con mis codos sobre la barra mirando todo lo que hemos logrado.

Él toma mi cintura por detrás y yo dejo que me acerque hacia él mientras me incorporo.

-Miraba el lugar y pensaba en todo, en lo bien que está y en lo feliz que estoy con todo esto.

-Me gusta verte así- deposita un beso rápido sobre mi mejilla.

Comienza a alejarse, pero lo retengo antes de que logre lo que sea que pensaba intentar. No necesito decirle nada para que vuelva a rodearme con sus brazos y me devuelva el beso que le propino en los labios.

Cada vez que los labios de Damen se juntan con los míos me dan la misma electricidad que el día que lo conocí. Me llenan y me aceleran el corazón como siempre, y dudo que alguna vez eso cambie, así como también dudo que alguien pueda causarme lo mismo o siquiera algo parecido a lo que siento cuando lo tengo cerca.

Su mano va bajando poco a poco, tratando de alcanzar mi parte trasera, yo le doy un manotazo que hace que vuelva su mano hacia arriba sin dejar de besarme.

Soy quien se separa primera cuando escucho la campanilla de la puerta de mi Café abrirse.

Sí, le puse una campanilla. Me parece una buena forma de avisar que hay nuevos clientes, y además cada que suena me recuerda a Damen, ya que esa fue la forma en la que lo conocí.

Quienes entran son Dani y Carla de la mano.

Desde el incidente de Carla y mi novio ellos se han unido, al parecer se hacían sentir mejor y entretenían entre ellos contando su larga lista de fracasos amorosos.

A Daniel le gusta Carla, él me lo ha contado.

A Carla le gusta Daniel, ella se lo ha contado a Damen.

Por alguna razón esta vez están decidiendo tomárselo despacio y sin ningún apuro. Sinceramente, me parece lo mejor. Ellos suelen ser el tipo de personas que son todo ya o nada, y por esa misma razón han tenido varios problemas en sus vidas.

Quizá tomarse todo con calma sea lo correcto.

Es divertido decir eso, ya que mi relación con Dam no empezó de una manera muy... serena que digamos. Pero ese es otro punto, yo estoy hablando de mi amigos ahora.

-¡Hola, hola!- Dani saluda a todos en general mientras caminan y quedan del otro lado de la barra del que estamos nosotros. Un segundo después deja una bolsa armada de color naranja sobre la madera- Ábrelo.

-¿Yo?

-No.

-Ah.

Él se golpea la frente con la palma de la mano y yo me río, ya que solo lo había hecho para molestar.

Perfectamente Imperfectos ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora