Perfectamente Imperfectos ✓

Capítulo 17

Nota: Pov de Jess y Damen <3 cositas interesantes.

Sentimientos enharinados.

Jess.

Todo ha vuelto a la normalidad, Damen ha dejado el trabajo como mesero y ha vuelto a su trabajo como editor.

Ahora mismo se encuentra trabajando y en poco tiempo se supone debe volver a su apartamento donde yo lo espero a que regrese.

Me desperté "temprano" en mi día libre y decidí extrañamente tomar uno de los libros de su librero, uno que me recomendó hace tiempo y leerlo.

La verdad es que se lo ve muy contento siempre que habla de los libros que se termina y me gustaría tener al menos un tema de conversación sobre ello, ya que si bien me cuenta con detalle todo y eso me agrada, no logro comprenderlo del todo.

Sin embargo ahora que lo estoy intentando... me está resultando un poco difícil. ¿Soy la única? Es como si leyera una página y al leer la siguiente me olvidara de lo primero, ¿Cómo haces, Damen? Esto es muy complicado...

Paso la página y me doy cuenta de que voy por la veinte, creo muy poco por la hora entera que llevo leyendo.

Decido soltar el libro y dejarlo sobre la mesa baja frente al sillón cuando mi móvil suena y lo tomo. Es una videollamada de Dani que acepto.

—¡Hola amiga!

—¿Amiga?— enarco una ceja.

—Uy— dice antes de corregirse— ¡Hola mejor amiga!

—¿Se puede saber por qué estás tan contento?— le pregunto intrigada.

—Yo siempre estoy feliz...

—Si, pero hoy lo estás más— él me ignora y continúa hablando como si no me hubiese escuchado.

—...soy como un rayo de luz, un...

—Teletubbie — completo.

Y como era de esperarse, él ignora mi comentario.

—Como sea, estoy contento, pero por ti.

—¿Por mí?— enarco las cejas confusa.

—¡Te acabo de arreglar el futuro!

—¿Qué...?

—Nos vemos mañana en la dirección que te mando.

—Emmm... ¿Puedes explicarme que está pasando? ¿Cómo es eso de que me arreglaste el futuro y...?

—Es una forma de decir.

—Ah.

—Bueno, no tanto— sonríe a través de la pantalla— pero te gustará.

Asiento aún sin comprender demasiado y Dani me hace un saludo militar que yo imito antes de cortar la llamada.

¿Qué será eso que quiere mostrarme...? ¿Mi mejor amigo acaba de planear mi futuro? ¿A qué se habrá referido con eso?

El sonido de las llaves contra la cerradura del otro lado de la puerta me saca de mis pensamientos, y un segundo más tarde cuando guío mi mirada hacia el lugar veo a Damen entrando y dejando  la mochila negra que cuelga en uno de sus hombros en el piso, a un lado de la puerta.

Y luego yo soy la desordenada.

No te mientas a ti misma, sabes perfectamente que él la recogerá en un rato, al igual que todas las cosas que tú has dejando tiradas por ahí.

—¿Como te fue?— le pregunto mientras me levanto a saludarlo y a rodear su cuello con mis brazos.

El rostro de Damen demuestra la calidez que le proporciona mi gesto, aún tan pequeño que sea.