Capítulo 06 | ᴍɪ ɴᴜᴇᴠᴏ ɢᴜᴀʀᴅɪÁɴ

156 29 43
                                    

Los ancianos se veían nerviosos, mirándose entre ellos como si necesitarán medir qué acciones deberían tomar, el imbécil, como me gustaba llamarlo en mi cabeza, fue quien nuevamente tomó la palabra.

—Las amenazas solo harán que las consecuencias sean peores, —su voz estaba cargada de ira — nos marcharemos, pero bien saben todos que volveremos y lo haremos con una legión que hará que se cumpla la ley, —fijó su mirada en la enorme bestia a mi lado, su labio crispando. — Incluso Egan sabe que no podrá llegar a tiempo, por eso mandó a su perro.

El animal a mi lado gruñó y se acercó al anciano, pero como si una fuerza de la naturaleza lo obligará, detuvo en seco su avanzada y solo siguió gruñendo.

Los ancianos fueron inteligentes cuando salieron, cada uno tomó el camino más alejado del enorme animal que llenaba la habitación y nos pasaron por un lado, yendo derecho a la salida y ladrando órdenes a los guardias que estaban ilesos en la entrada.

Uno de ellos se quedó mirándome fijamente y sentí ese olor dulzón en el ambiente, el soldado movió su mano y en un movimiento prácticamente imperceptible, soltó un papel que cayó al suelo. Después de asentir en mi dirección, se dio vuelta y se unió a los ancianos.

Espere al menos dos segundos para caminar hasta ese lugar, sintiendo la presencia del animal a mi lado y los pasos de los demás acercándose. Cuando llegue al sitio y tome el papel, me di cuenta que habían marcas de color negro pero no lograba entender, así que me voltee y busque a Guido

—No puedo entender lo que esto dice, pero el soldado lo dejó caer mirándome a los ojos.

Guido lo tomó en la mano y al cabo de pocos segundos, dijo el mensaje en voz alta "Nos iremos con ellos para esparcir la noticia de su llegada con todos los que podamos, espero poder ponernos en contacto. Un honor Nacida"

Alcander fue el primero en contestar, como siempre el hombre al mando —Eso es algo bueno, poder sacar provecho a la ventaja, pero Delia debe irse de aquí. Mañana a primera hora debemos salir e ir consiguiendo refugio de aldea en aldea hasta llegar a Egan, los Tulai son el pueblo más avanzado y seguro, podrán ayudarnos.

—Bien, estoy de acuerdo. Vamos Delia, necesito llevarte a descansar para poder salir por la mañana. —Guido se acercó a mí y me tomó del brazo, la bestia gruñó fuerte, haciendo que Guido me soltará al instante.

Suspire pesadamente y me acerque al hermoso animal, levantando mi mano para tocar detrás de su oreja, como había hecho hace un rato —Amigo, necesitas calmarte, Guido ha estado conmigo desde que abrí los ojos y hasta ahora no me ha lastimado en lo más mínimo, no sé qué hice para ganarme tu protección pero ¿podemos ser amables?

Juro que podía sentir el ronroneo del animal, juro que sus ojos parecían luchar con lo que sentía en ese momento. Mi mano se detuvo en seco cuando el color de sus ojos cambió justo frente a mi, paso de un verde reluciente, a un rico color marrón casi llegando a amarillo, lo que ayudaba a disminuir ese aire intenso y penetrante que emanaba de el.

—Pero.. —no sabía cómo reaccionar a este cambio —¿Qué ha pasado? ¿Qué le pasó a tus ojos?. —lo último salió como un susurro que estoy segura solo escucho el animal, algo en mi me decía que esto debía quedar entre nosotros.

La bestia volvió a sacar su lengua y a pasarla desde mi mano a mi antebrazo, podía sentir que se calmaba con cada latido de nuestro corazones —Bien hermoso, así está mejor. ¿Listo para irnos de aquí? De verdad necesito ese descanso. —El animal se irguió, como si entendiera mi necesidad y sintiera que debía responder al mandato, se dio vuelta y lideró el camino, todos observando su imponente paso.

𝙉𝙖𝙘𝙞𝙙𝙖 𝙙𝙚𝙡 𝙍𝙤𝙗𝙡𝙚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora