Capítulo 13 | ᴀʟᴄᴀɴᴅᴇʀ

115 27 33
                                    

No podía creer que esto de verdad estaba pasando, alguien muy cercano a Egan lo estaba traicionando y no podía pensar en otro hombre que en Iker. Cuándo estábamos en el claro, había sido muy atento con las necesidades de sus soldados, él mismo había atendido más de una herida, lo vi coser y alimentar a su gente, vi el orgullo en los ojos de Egan al ver a su segundo al mando ser lo que deben ser los líderes. Esto que estaba pasando era muy extraño, pero no me iba a quedar de brazos cruzados mientras estaban en peligro Delia y Anni, no podía dejarlas ahí vulnerables, rodeadas de quién sabe cuántos enemigos.

Sabía que Guido iba a hacer todo lo posible por protegerlas, pero sinceramente pensaba que con esas dos mujeres juntas, el que necesitaría protección sería él. El hombre estaba en serios problemas, si las miradas que le daba a Delia significaban lo que creía. Un vigilante con sentimientos amorosos sobre una Nacida no era nada bueno, sobre todo sabiendo que cada Nacida tenía un Casal dispuesto a morir por ella. Pero eso era algo con lo que Guido tendría que tratar tarde o temprano, Delia evidentemente gravitaba hacia un Egan con los brazos abiertos para recibirla y eso sí que era más que obvio.

Cuándo di la última mirada a donde se habían ido, sentí una presión en el pecho al dejar a Anni así. La testaruda me había hecho la vida complicada desde esa terrible noche en la que su padre casi me hace trepar por las paredes pidiendo un compromiso. No era por falta de amor, siempre había tenido sentimientos por Rossane, incluso antes de que ella sintiera algo por mí, pero mi vida como el jefe de vigilantes de la aldea era peligrosa y la verdad es que temía por ella. Los Ancianos eran unos malditos caprichosos, si algo salía diferente a cómo ellos lo querían, corría sangre; pero esa era una parte de la historia de la que Delia y Anni no tenían que saber aún, ya han pasado por mucho.

El infierno estaba por desatarse justo aquí y necesitaba estar a tope para que Egan y yo pudiéramos salir de esto sin terminar muy heridos, no estaba seguro de lo que sería de Delia si algo le pasaba a su Casal y ciertamente no podía correr ese riesgo con ella.

Cabalgue lo más rápido que podía mientras intentaba no levantar muchas sospechas. El primero que me notó fue Dax, trotó hacia mí con sospecha en sus ojos, pero no podía adelantar mucho aún. Cuándo llegue al lado de Egan, intente parecer lo más desinteresado posible.

—Necesitas parar un momento, Delia recordó algo de su nacimiento que nos puede servir. Debemos hablar en este momento. —Me miró con sospecha en sus ojos, no era el líder de esta legión en vano, por lo que sabía, había crecido rodeado de los Ancianos, seguro olía las mentiras a distancias.

Egan hizo un sonido con sus labios levantando su mano derecha, su palma estirada. Fue bastante impresionante ver cómo cada uno de los soldados a su alrededor comenzaban a parar en seco, todos alertas y con sus armas desenfundadas, cada grupo protegiendo un flanco. Esto era una legión, la legión más letal que existía en el reino.

Cuándo bajó de su caballo, también lo hizo Iker, pero no me perdí la mirada que dio a su alrededor, sus ojos encontrándose con algunos soldados. Bien, ya podía tener una idea de a quienes matar primero y por la Madre que se me secaba la boca con sed de venganza. Malditos traidores.

—¿Qué es lo que está pasando Alcander? Estoy suponiendo que dejaste a Delia sola y eso no me pone muy contento, confié en ti.

—Sí, confiaste en mí y por lo que sé has estado confiando en las personas equivocadas por un tiempo - Mientras hablaba baje de mi caballo y desenfunde mi espada, estaba en posición de ataque antes de que cualquiera lo notará, mi espada a centímetros de atravesar la garganta de Iker.

—¿Pero qué haces? ¿Perdiste la cabeza? —Egan también sacó su espada, se comenzaban a formar pequeñas nubes en el cielo, Dax trotó a su lado, pero nunca quitándome la mirada curiosa de encima. Tenía la esperanza de que fuera el primero en creerme. Iker no había pronunciado ni una palabra ¿No era eso solo más extraño?

𝙉𝙖𝙘𝙞𝙙𝙖 𝙙𝙚𝙡 𝙍𝙤𝙗𝙡𝙚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora