Capítulo 16 | ᴏʟᴏʀ ᴀ ᴠᴇɴɢᴀɴᴢᴀ

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—Estuvieron aquí —Alcander estaba revisando huellas. No había mucho alrededor, más que algunos árboles —Todas las huellas terminan aquí, no entiendo este patrón.

—Fue aquí donde los vi, Rose estaba herida y Delia intentó ayudarla. Solo pararon por un breve momento.

—Rose está más herida de lo que quiere aparentar —Alcander estaba agachado sobre lo que parecía una cama de hojas, definitivamente era sangre.

—¿Cómo sabes eso?

—Lo sé, lo siento en mis entrañas. Cuándo llegaron a este lugar estaba herida. —tomó un largo suspiro —Necesitamos continuar, necesitamos llegar a ellos pronto.

Estaba inclinado a decirle que debíamos descansar un poco, pero esta era su mujer y no podía retrasar su urgencia de estar a su lado. Creo que lo entendía de hecho.

—Delia dijo que la flecha estaba envenenada, no sé por qué razón quisieran lastimarlos con veneno en vez de simplemente matarlos. Debe haber algo oculto en todo esto. —Por la Madre, solo quería encontrar a Delia y ver que estaba bien.

—Delia ayudó a Rose con solo pedírselo a la naturaleza. Creó una muralla que va a mantener a raya a una legión completa. No sé si ir a Rocareid sea lo mejor para ella.

—¿Qué mierda significa eso?

—La fuente de vitalidad de Delia es la Naturaleza, ella se nutre, respira, florece en ella. Rocareid es un desierto. No sabemos qué tanto necesita Delia de su fuente para estar bien.

—Tú también tienes poderes ¿Cuál es tu fuente?

—Eso no lo sabrás, al menos que no tenga otra opción más que decírtelo. Ahora estoy intentando entender por qué estarían las flechas envenenadas, que clase de veneno quisieran dispararle.

—Ellos no desean que un simple vigilante se deshaga de Delia, ellos la necesitan, necesitan hacer su punto con ella. Si tienen algún veneno, debe ser para debilitar. Si con una flecha de esa es que hirieron a Rose, me preocupa que pueda defenderse o defender a Delia si se consiguen con otro problema en el camino.

—Dax no me ha mostrado nada aún, deben estar enfocados en llegar a Rocareid. Salgamos de aquí, necesito saber que están bien.

Salimos de ahí y montamos nuestros caballos. Cabalgamos a un ritmo constante, sabía que habíamos avanzado muchísimo y que quedaba poco camino para llegar a Rocareid. Pero necesitábamos descansar.

Los caballos respiraban pesadamente. Estoy bastante seguro que Alcarder estaba dormido sobre su caballo a juzgar por la inclinación de su cuerpo.

Cabalgamos un poco más dentro del bosque, mi legión debía estar avanzando a Rocareid en este momento, sabía que iban a estar ahí unos días después de nosotros, se supone que este camino sería más rápido, un terreno más inestable sí, pero sería más rápido.

Mientras nos bajamos de los caballos y los amarramos a un árbol, observamos a nuestro alrededor. Alcander era un verdadero vigilante, a menudo alerta. En mi pecho, todavía sentía la traición de Iker, entendía claro, los Ancianos sabían dónde atacar. Pero eso no restaba el dolor de la traición.

—Podemos descansar aquí Egan — rebusco en su bolso y sacó un paquete envuelto en tela —Toma, es un poco de carne. No es mucho, pero nos mantendrá activos.

Sacó una piqueta y la clavó en el árbol, al cabo de unos segundos, la savia comenzó a salir. Ambos tomamos turnos para beber y luego nos sentamos recostando nuestras espaldas del árbol.

Estamos en silencio, cada uno dentro de sus cabezas y con sus preocupaciones. Estoy seguro de que Alcander pensaba en Rose, así como yo pensaba en Delia. Sentía una presión en el pecho que no lograba entender.

𝙉𝙖𝙘𝙞𝙙𝙖 𝙙𝙚𝙡 𝙍𝙤𝙗𝙡𝙚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora