Garden -El punto entre la vida y la muerte- [COMPLETA]

Capítulo 5: Los Garden

Pasé a través de la sala común y salí por la puerta principal. El pasillo está casi desierto, solo se ven unas cuantas chicas de primer año caminando hacia sus dormitorios del otro extremo del pasillo. Emprendí mi camino hacia la biblioteca que queda frente al Comedor.

Las altas paredes son bloques de roca maciza y gris oscuro, de las cuales cuelgan retratos de los que según me dijo Ted eran los primeros propietarios del castillo, la familia Garden, y de los Directores y Directoras que han pasado por la escuela. Cada tanto aparece una antorcha encendida para iluminar el paso. Todo en el castillo tiene aspecto antiguo y medieval, giro y llego al corredor de la biblioteca y el Comedor, el cual es más amplio, no había detallado que a cada lado de la pared de entrada al Comedor hay armaduras de bronce relucientes de aspecto espeluznante, con plumas rojas en el casco y una espada brillante en las manos. Camino al lado contrario y me encuentro con dos grandes puertas de madera iguales a las de en frente, una de ellas abierta, donde encima de ellas hay una placa de color dorado con la inscripción "Biblioteca Roghar Garden" junto con el escudo de la escuela. Paso a través de la puerta abierta y encuentro una gran cuarto, incluso mucho más grande que el Comedor, con techos igual de altos y varias grandes ventanas al otro extremo, repleto de estantes de madera enormes llenos de libros y mesas con sillas entre ellos.

A un lado hay un pequeño escritorio con una placa que lleva: "Bibliotecaria, Sra. Fiureghar", tras el cual se encuentra una señora mayor de pelo cano y gafas en forma de media luna en el puente de la nariz, leyendo atentamente un gran libro amarillento. Me acerco silenciosamente hasta ella, me aclaro la garganta y me mira por sobre las gafas.

_ ¿Si? - me pregunta con un tono de voz áspero.

_ Am... Buenas noches, ¿Las lecturas escolares de cuarto cur...?

_ Tercer pasillo de derecha a izquierda, segundo estante- me dijo señalando hacia las estanterías con la plumilla que tenía en la mano, sin siquiera dejarme terminar.

_ He, gracias- giré sobre mis talones y di un paso.

_ ¿Nombre?

Volvió a hablar la bibliotecaria.

_ Amm, Andy Bridge, cuarto año- le respondí sin voltearme.

_ Bien.

Me quedé parado por si me quería preguntar algo más, hasta que comencé a caminar otra vez, a tercer pasillo donde encontré una gran gama de libros y novelas para leer en clase, busqué justamente a la profesora nos pidió, tomé el librito desgastado y con las hojas amarillentas, salí del pasillo nuevamente y caminé hacia las puertas.

_ Buenas noches- le dije por lo bajo a la bibliotecaria.

Ella asintió y siguió leyendo el gran libro a la luz de una vela.

Caminar de regreso a través del corredor de noche, da aún más miedo que de día, con solo a luz amarilla del fuego iluminando el camino y los arboles agitándose por el viento afuera recreando sombras oscuras por las ventanas, por un momento mientras caminaba creí ver algo que se movía, pero me dije a mi mismo que solo son las sombras del fuego que bailan en las paredes, todo estaba extremadamente silencioso.

Hasta que, como si hubieran abierto una ventana, entra un aire gélido, el cual provoca que se me erice el pelo de la nuca, que me golpea y apaga el fuego de las antorchas, dejando en ellas un hilillo de humo.

A pesar de que ya no hay viento, empieza a hacer frío, un frío que ya reconozco.

Contengo la respiración por un momento y me giro muy lentamente, fijo la mirada en una figura transparente que flota cerca de una de las ventanas y mira hacia el cielo. El cabello largo blanco flota y su camisón inmaculado ondea, es ella de nuevo.