Un triste rayo de claridad me golpeaba en los ojos. Me removí en mi lugar hasta echarme el cobertor sobre los ojos. Pero no podía recuperar el sueño de nuevo. Aparté la manta de un manotazo y me quedé recostado viendo al techo.
Los recuerdos de la noche anterior me golpearon y se reprodujeron tras mis ojos como una película.
Hasta que recordé a Elizabeth.
De un salto me levanté de la cama.
Me duché rápidamente, di saltos tratando de entrar en los pantalones vaqueros mientras trataba de cepillarme los dientes y metí los pies en los zapatos mientras pasaba los dedos por mi cabello mojado.
Bajé las escaleras de dos en dos y troté todo el camino hasta el Gran Comedor, donde los pocos alumnos desayunaban en la mesa, al igual que los profesores. Busqué entre la masa alargada hasta que encontré la cabeza llena de rizos platinados.
Me acerqué hasta ella y me senté dudoso.
Giró al verme.
_ Hola- saludó suavemente.
Llevaba un yersi color gris, al igual que sus ojos, una falda y mallas de color negro con zapatillas converse, el cabello recogido en una coleta despeinada, por muy raro que se vistiera, le quedaba bien.
Tomó el tazón de gachas de avena que reposaba humeante frente a ella y lo puso delante de mí.
_ ¿Qué tal dormiste? - preguntó, jugando con el anillo en su dedo pulgar.
_ Extrañamente, bien- respondí.
Tomé una cuchara, el estómago me rugió. Recordé que no había comido nada desde ayer en el almuerzo.
_ De verdad siento no haberte dejado dormir con mis... pistas- dijo en un susurro. Se veía apenada.
Yo negué con la cabeza con la boca llena de avena.
Vi como tomó una manzana roja del frutero más cercano, la pasó de una mano otra con ágiles movimientos, sosteniéndola con los delgados dedos.
_ ¿No... no comes? - pregunté.
Ella rio melodiosamente en voz baja.
_ No lo necesito- respondió, pero le dio un mordisco, fruncí el ceño- Pero, a veces lo extraño- le hizo un mohín a la manzana mientras masticaba- La comida no me sabe a absolutamente nada.
Esta vez fui yo quien rio.
Cuando terminé mi segundo plato de avena, ella me miró.
_ ¿Estás listo? - preguntó.
Levanté una ceja, confundido.
_ Vamos a ir al mismo lugar de ayer, dije que iba a responder más de tus preguntas, y lo haré- dijo antes de levantarse con la manzana mordida aún en la mano.
No me moví. Entonces ella se giró.
_ ¿No vienes?
_ Vale.
Por suerte había traído mi chaqueta. La seguí mientras pasaba los brazos por las mangas.
Caminamos hasta el comienzo del bosque, el mismo lugar que habíamos recorrido ayer. Recorrimos tranquilamente el bosque lado a lado.
_ ¿Cómo no te pierdes? - le pregunté, pasando por debajo de la rama de un árbol.
_ Se el camino como la palma de mi mano- dijo, luego se detuvo junto a un árbol- Mira...
Me acerqué hasta ella y vi lo que me señalaba. En el tronco del árbol había una flecha indicando el camino hacia adelante.
_ Cuando estaba, bueno...- se encogió de hombros- viva, me gustaba venir por aquí, siempre está todo en calma. Cuando llegué a Garden marqué los troncos de los árboles todos los caminos que recorría. Llevo años pasando por el mismo lugar, tanto que ya no necesito de las marcas para recordar...- pasó distraídamente la mano por la flecha tallada profundamente en la madera.
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Garden -El punto entre la vida y la muerte- [COMPLETA]
ParanormalUn chico... Un nuevo cambio... Un internado que esconde secretos en sus muros... Una chica que no es lo que parece... Un futuro prometedor... ¿Qué harías tú si pudieras ver fantasmas? ¿Qué harías si te persiguen en sueños? ¿Te atreves a entrar en Ga...