Garden -El punto entre la vida y la muerte- [COMPLETA]

Extra: Mirada al pasado

1950, Orfanato de Niñas.

Todo está oscuro.

Tengo miedo, pero quiero de vuelta mi collar, si lo pierdo no podré hablar con mamá.

La vela en mi mano se está derritiendo con cada paso que doy.

Las sombras que se reflejan en las paredes llenas de marcos con fotos son aterradoras.

Vamos Eli, tú puedes, no seas cobarde.

Caminé más rápido, procurando no hacer ruido son mis pies descalzos y teniendo cuidado en que mi camisón de dormir no se enredara en mis piernas y me hiciera caer.

Recuerdo que en la cena se me cayó el collar del bolsillo de mi uniforme, pero nunca logré alcanzarlo sin que la profesora me viera extraño.

Entonces, vi un reflejo a la escasa luz de la vela.

¡SI ¡

Ahí estaba mi collar, en una esquina del salón donde solemos tomar la comida.

Caminé de puntitas hasta él y lo tomé en mis manos, me sentí segura una vez que lo tuve en mis manos.

Lo llevé a mi oreja como siempre solía hacer.

Escuché los leves murmullos de una voz suave de mujer.

Sentí algo bonito en el pecho, como si me abrazaran.

-Siempre te voy a llevar en mi pecho mami, lo prometo.

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1956, Internado Garden, Salisbury- Londres.

-Entonces... ¿De dónde vienes Eli?

Miré fijamente al niño que caminaba junto a mí.

-No lo sé-respondí con simpleza.

Empecé a jugar con la cinta que hacía un lazo en mi cuello. Me había puesto mi mejor vestido y la Señorita Cornal me había peinado el cabello en una apretada trenza, pero no me gustaba, quería soltarla ya.

Estaba muy feliz de estar en un nuevo colegio, El director Perkins había sido muy amable, pero a la vez estaba triste porque ya empezaba a extrañar el orfanato y a las profesoras.

- ¿Cómo no sabes? -me preguntó el niño.

-Nunca supe donde nací, mi hogar era el orfanato.

-Ou...

Jasper me caía realmente bien, y también me alegró no ser la única niña sin padres aquí. Me gustaba mucho su cabello rojizo desordenado, se veía gracioso.

-Pues este va a ser nuestro hogar ahora-dijo sonriendo a medias.

Me agradaba su buen ánimo.

Asentí.

- ¿Quieres ser mi amiga? -me preguntó saltando el primer escalón que daba rumbo al comedor, según lo que nos había dicho el director.

¿Un amigo? ¿Mi primer amigo?

-Si...-susurré, tratando de ocultar mi emoción.

-Entonces seremos los mejores amigos, Eli.

Y si cumplió su promesa.

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