Capítulo 11: ¡Verdad al Fin!

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Después de pasar las horas interminables del viaje, al fin llegué a la estación, que resultaba estar en el pueblo al que veníamos a visitar cada mes, ni siquiera había notado que había una estación de trenes hay.

Bajé todas mis pertenencias del tren y busqué la estación de autobuses. Esperé durante una hora más sentado sobre el baúl tratando de no congelarme por la brisa gélida hasta que llegó por fin un pequeño autobús que iba a los terrenos del colegio.

Cuando por fin llegué, el castillo me resultaba muy enorme después de haber estado solo unas pocas semanas fuera. Arrastré mi baúl por el largo camino de graba hasta la entrada el castillo. En el vestíbulo se encontraba la directora McQuid, enfundada en su típico vestido con volantes de encaje, zapatos altos y moño extremadamente reluciente.

_ ¡Oh, Andy!, estaba esperando tu llegada- dijo con tono jovial al verme- La Sra. Sollow me hiso saber que venias en camino apenas has pisado el tren. Muy feliz navidad, para ti.

Le di una sonrisa y me froté la nariz para tratar de recuperar la sensibilidad por el frío.

_ Muchas gracias por todo, directora- le agradecí por haberme dejado ir.

_ No hay de que Andy, eres buen estudiante por lo que veo, mientras sigas así podrás tener mi permiso- dijo poniendo una mano con las uñas perfectamente pintadas de rojo en mi hombro- Ahora, hay pocos estudiantes pasando las festividades aquí, ahora incluido tú. Las horas para comer serán las mismas al igual que las de dormir. De resto eres libre de disfrutar lo que quedan de las vacaciones hasta el comienzo de clases.

Asentí unas cuantas veces. Ella me dio un último apretón en el hombro.

_ Bien, que tengas buen día, Andy- dijo entes de alejarse hacia una de las escaleras.

Suspiré y volví a cargar con mis cosas hasta la sala común. Estaba todo0 muy pacífico cuando entré, el profundo calor agradable de la chimenea me invadió cuando pasé por la puerta. Le sonreí al pasar a dos hermanos de cursos superiores que estaban sentados en el lado retirado de la sala ovalada jugando cartas.

Llegué a mi habitación, la cual se hallaba completamente limpia, y las camas hechas. Se sentía sola sin los demás chicos aquí. Acomodé mis cosas en mi lado de la habitación. Cuando terminé recordé que la Sra. Sollow me había empacado un poco de pastel de mi cumpleaños, así que me senté en el alfeizar de la ventana a comerlo mientras pasaba la vista de nuevo por el poemario.

Me preguntaba si Elizabeth estaba en el castillo... Puff, Andy recuerda que ella es como tú, no tiene hogar.

Estuve un rato deambulando por la habitación con el poemario en las manos. Hasta que se hizo la hora del almuerzo y decidí bajar.

Esta vez la sala común estaba solitaria. Recorrí el ya conocido camino hasta el Gran Comedor. Solo había una de las masas alargadas, más la de los profesores que siempre ocupada su lugar en el fondo de la sala. Solo éramos unos alumnos, cuando muchos siete, pero me decepcioné por alguna razón al no ver a Elizabeth.

Valla, necesito sacarme a esta extraña chica de la cabeza.

Comí distraídamente lo primero que me conseguí en una de las fuentes, estofado. Hasta que alguien me sacó de mi ensimismamiento.

_ ¿Andy Bridge? - preguntó una voz ronca.

Me giré para encontrarme de cara con uno de los que había visto que entregaban el correo en el castillo. Ere un hombre ya de avanzada edad con el cabello entrecanos y ojos raramente hundidos en las cuencas. Vestido con un viejo traje de cartero verde, me tendía un enorme paquete.

Garden -El punto entre la vida y la muerte- [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora