Garden -El punto entre la vida y la muerte- [COMPLETA]

Capítulo 12: Respuestas

Hice una mueca en su dirección, apretando las rodillas contra mi pecho.

_ ¿¡Qué!?- exigí histérico.

Bajó la vista hacia el suelo, el cabello ensortijado la siguió en un movimiento ondulante. De golpe levantó la cabeza y me miró intensamente.

_ Ella y yo somos las mismas... Elizabeth.

Todo se paralizó.

_ ¿Pero...? ¿Cómo? No puede ser verdad... es absurdo... no...- dije balbuceando.

Ella negó con la cabeza.

_ Andy... Después de todo los que has visto y vivido, no creo que puedas negar esto...

Me le quedé mirando con la boca abierta. Ella continuó.

_ Si tan solo me dejaras explicarlo... He estado intentándolo desde hace tiempo...- susurró de nuevo.

En mis oídos se emitía un pitido constante. Pum, pum. Me di cuenta que era mi pulso.

_ Deja que lo explique... ¿Si? –pidió tranquilamente.

Lo medité por un minuto. Luego automáticamente asentí sin saber lo que hacía.

Ella se alejó un poco más de mí, mi cuerpo se relajó por un momento. Movió la muñeca derecha fluidamente, algo se depositó en su mano. Me pareció extraño que no se cayera, dado que es transparente. Pero mi di cuenta que ahora su mano se veía más sólida. ¿Qué? Tomó el objeto con la otra mano y lo llevó a su cuello, como si se pusiera un collar, luego todo dio un giro.

El resplandor plateado fantasmal se hizo más denso hasta que desapareció por completo, revelando ahora la figura humana, o lo que sea, vestida con un sencillo vestido azul oscuro. Ya no es borrosa, su cabello largo ya no flota, ya no se eleva por sobre el suelo.

Ahora si me volví loco.

Mi cabeza empezó a dar vueltas, de no estar sentado me hubiera estrellado con el suelo, todo se volvió negro por un instante.

Algo frío se presiona en mis mejillas. Me hizo abrir los ojos de nuevo.

Ella estaba acuclillada frente a mí, con sus manos sujetando mi cara, he inspeccionándome con preocupación.

Me empecé a desesperar de nuevo, pero ella me paró.

_ Shsss...- me tranquilizó, esta vez su voz no se proyectaba en mi cerebro, sino que hablaba normalmente- Estuviste a punto de desmayarte... Tranquilo ¿Si?, no voy a hacerte daño- me aseguró de nuevo.

Respiré profundamente, mi nariz se llenó del olor a flores funerarias. Acarició mi frente, sus manos estaban extrañamente frías.

_ ¿Qué eres? - pregunté, esta vez cambiando el "Quién" por "Qué".

Ella se apartó de mí y se sentó a mi lado, con las piernas largas cruzadas.

_ No quería asustarte...- dijo mirando su regazo.

No respondió mi pregunta, quería respuestas.

_ Por favor... Dime que eres...- le supliqué al borde.

Silencio.

_No estoy viva... Sé que esa es tu principal pregunta...- dijo suavemente.

Mi confusión aumentó.

_ Entonces... ¿Cómo es que...? - dije, agitando las manos hacia donde ella estaba sentada.

_Hay...- señaló hacia la capilla frente a nosotros- Está mi cuerpo. Esto...- se señaló a sí misma- No es más que algo físico, una materialización- explicó.