Los días pasaron demasiado rápido para mi gusto.
Pasar el día entero con Elizabeth hacía que quisiera que las horas nunca acabaran. Tenía una actitud tan burbujeante que te hacia querer nunca más separarte de ella.
Todas las noches ella me acompañaba como fantasma hasta mi dormitorio y nos quedábamos hablando sentados en mi cama hasta que ella consideraba que era demasiado tarde y me obligaba a dormir. Y de vez en cuando me acompañaba en sueños también.
En lo que a mi concierne, ya me había acostumbrado a su particular presencia. Vale, me agradaba más tenerla físicamente a mi lado. Por más que me avergonzara admitirlo, creo... que me gustaba. Desde aquella noche no nos hemos besado más, lo más cercano que ha estado es a darme besitos en la mejilla antes de dormir, no quejaba por eso, la verdad me daba pavor volver a desmayarme en medio del jaleo.
Caminábamos todas las mañanas por los alrededores del castillo. No habíamos ido más a su capilla porque no queríamos que nos descubrieran yéndonos tan lejos del castillo, habiendo tan pocos alumnos en el castillo se darían cuenta de nuestra desaparición, aunque fuera por unas cuantas horas.
Deambulábamos por el castillo en busca de algo sospechoso de ver, pero nada hasta ahora. El castillo estaba tan silencioso y calmado como siempre. A pesar de eso, Elizabeth no dejaba de sospechar algo, o de alguien, sea quien sea o a lo que se refiera.
_ Pero de ser alguien... ¿Quién se supone que sería? - le pregunté una mañana mientras caminábamos por el tercer pasillo del ala este del castillo.
_ La verdad Andy... No tengo idea... Solo sé que mi presentimiento dice algo...-me respondió dudosa.
Ya se avecinaba la vuelta de los demás alumnos al colegio. No quería que mis días con Elizabeth se acabaran. Ella se había vuelto una costumbre ahora. Verla sentada junto a mi cama por las mañanas al levantarme con sus típicos vestidos sencillos, sus mallas y zapatillas demasiado elegantes que la habían verse fuera de lugar con la época en la que estamos. O acostarme por las noches a su lado mientras ella canturreaba en la oscuridad, o en mi mente de estar en su forma fantasmal.
Los chicos iban a volver pronto y eso se iba a acabar.
Un día antes de que Garden se llenara de gente de nuevo, Elizabeth dijo que quería hacer algo a la noche, no me dijo que era.
Esa noche después de cenar me acompañó como siempre hasta mi habitación, hecha fantasma y flotando tras de mí. Al llegar a mi habitación y cerrar la puerta ella atravesó la pared y se posó frente a mí.
Yo había acostumbrado a llevar puestos su relicario y su anillo cuando ella se transformaba, pero no me dejaba llevarlos de noche para que no me dieran pesadillas.
Cogí el relicario de mi cuello y lo desaté, para luego pasarlo por su cuello trasparente y dejarlo caer, de inmediato ella se volvió sólida.
_ Ponte algo que abrigue y trae una manta- me dijo dirigiéndose a mi baúl.
Sin darme tiempo para responder, sacó una de mis sudaderas y me la lanzó.
_ Espera... ¿A dónde vamos?
Tomó una manta y cerró de nuevo mi baúl.
_ A ver las estrellas...- dijo en voz baja.
_ ¿Enserio? - pregunté sonriendo, mientras pasaba la sudadera por mi cabeza.
_ Sip- dijo feliz, noté que dio un saltito.
Me reí de ella, a veces podía parecer una niña pequeña, por más que hayan pasado por ella más años de la cuenta.
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Garden -El punto entre la vida y la muerte- [COMPLETA]
ParanormalUn chico... Un nuevo cambio... Un internado que esconde secretos en sus muros... Una chica que no es lo que parece... Un futuro prometedor... ¿Qué harías tú si pudieras ver fantasmas? ¿Qué harías si te persiguen en sueños? ¿Te atreves a entrar en Ga...