Garden -El punto entre la vida y la muerte- [COMPLETA]

Capítulo 25: La verdad lastima, sorprende y une

Como la directora McQuid indicó, los de sexto año empezaron a levantarse he indicarles a los demás que también se levantaran de las mesas para unirlas entre sí en el medio de la sala.

Los profesores se levantaron de la mesa y se dirigieron hacia nosotros.

_ Directora, haremos lo que ya habíamos hablado, estaremos en contacto para indicar cualquier... cambio-dijo la profesora.

Miré a Elizabeth con confusión.

_ Ellos ya saben lo que está pasando. Todo, incluso de mi- me dijo entornando los ojos.

Después me tomaría el tiempo de sorprenderme, cuando fantasmas no estuvieran atacándonos.

_ Voy a verificar que nadie se haya quedado fuera del comedor-dijo la directora antes de desaparecer entre la multitud de estudiantes.

_ Tenemos que buscar la forma de salir y ver que esta que está pasando fuera-le dije a Elizabeth con urgencia.

_ Sí, pero no es seguro abrir las puertas...-la vi estrujase la frente con la mano mientras pensaba, abrió los ojos de golpe- ¡Claro! En la biblioteca a la que te llevé en el baile, del otro lado de la sala hay otro pasadizo que da a la parte de debajo de una de las escaleras del vestíbulo. Creo que es otro pequeño cuarto, no lo recuerdo, tampoco sé si estará obstruido el paso, hace tiempo que no paso por ahí, pero podemos intentarlo.

_ Bien, vamos- dije antes de correr con ella hacia el cuarto de descanso de los profesores.

_ ¡Andy! - oí la voz de Anthony tras de mí y me detuve de golpe.

Me di la vuelta, para encontrarme con Gin, Helena, Anabela, Anthony, John y Ted corriendo hacia nosotros.

_ ¡¿Qué se supone que está pasando? ¿Por qué no nos dicen nada, Andy?! -Anabela sonó desesperada por una respuesta.

_ Chicos, no puedo...

_Andy- zanjó John- llevamos meses en esto, nadie dice nada sobre lo que pasó el día del baile y pretenden continuar así, sabemos que sabes algo, al igual que Elizabeth. Por favor, dígannos que pasa, tal vez podríamos ayudarlos.

Vi con indecisión a Elizabeth, su mirada reflejaba duda.

_ Por favor...-me pidió Anabela.

Mi cerebro luchó por un momento contra todo, entonces decidí.

_ Vale- Elizabeth se sujetó a mi brazo y me miró con preocupación- No podemos ocultar el sol con un dedo, por lo menos ustedes pueden saber. Les diré la verdad.

Miré a mi alrededor el bullicio de personas que trataban de organizarse.

_ Pero no aquí, sígannos.

Los demás no siguieron hacia la puerta oculta de la sala de profesores.

_ ¿Estás seguro? -me susurró Elizabeth, viendo a los demás sobre su hombro.

_ Tenemos que decirles... Voy a buscar la forma más suave de decir todo, incluso de ti... ¿Estás de acuerdo?

Lo meditó por un segundo, pero luego me miró a los ojos.

_ Sí, hazlo.

Empujé la puerta de la sala y dejé que pasaran todos juntos. Una vez dentro, me reuní con todos delante de la chimenea encendida. Busqué con la mirada a Elizabeth, la encontré apartada de los demás, apoyada contra la pared más alejada de la sala entre las sombras, con los brazos cruzados sobre el pecho y la cabeza gacha, el cabello le caía sobre la cara.