Capítulo 9. Miedo.

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Josh, el cual aún seguía tirado en el suelo, tiró de mi pie y caí. Rápidamente se subió encima mía sujetándome los brazos por encima de la cabeza.

-No, por favor- Dije con esperanzas de que me escuchase Dash, pero mi voz ya no era lo suficientemente fuerte como para que me escuchara.

-¡Cállate!- Un puño impactó en mis costillas y la vista se me nubló.

En un abrir y cerrar de ojos toda mi ropa estaba en la otra punta de la habitación, solo me quedaba la ropa interior.

Él empezó a desabrocharse el pantalón, en ese momento solo quería que todo se acabase rápido. 

Cerré los ojos con fuerza, pero en ese momento sentí que ya no estaba encima mía.

Abrí los ojos y estaba Dash dándole puñetazos.

Lo siguiente que vi fue al ojiverde corriendo hacia mí, ya no había rastro de Josh.

-Maddie, tranquila, ese capullo ya no te va a hacer nada-

-¿Cómo sabías que él estaba aquí?-

-No lo sabía, Mía me llamó diciendo que estaba preocupada, porque la llamaste y colgaste. Así que me dijo que viniera a ver como estabas-

-Yo... soy una persona horrible.- Rompí a llorar

-¿Qué? Claro que no lo eres-

-Si, si que lo soy. Traté mal a Mía, y si no fuera por ella no se lo que hubiese pasado.- 

-No lo eres, las personas siempre se equivocan, pero lo importante es que sepan rectificar su error-

No dije nada, sabía que tenía razón, pero en ese momento solo podía pensar en lo que acababa de pasar.

El moreno se dio cuenta de mi estado y me abrazó, aún estando en ropa interior delante de él no me intentó tocar, ni siquiera miró más allá de mis ojos.

Me aferré a él, no me importaba estar casi desnuda en ese momento. No me importaba nada, solo quería quedarme allí.

-¿Quieres que me quede a dormir contigo?- Asentí como respuesta, y él me miró con preocupación. 

Cogió una sudadera y un pantalón de mi armario al ver que estaba tiritando.

-Ven aquí-Dijo mientras me ponía el pijama con mucha delicadeza -Venga, vamos a dormir que ya es tarde- Sin esperar mi respuesta me acostó en la cama y me arropó, se acostó a mi lado y apoyé mi cabeza en su pecho.

-Dash- Susurré para ver si aún estaba despierto.

-¿Si?-

-Yo también estoy enamorada de ti- Me costó mucho decir eso, pero era la verdad, era lo que realmente sentía. Dash no contestó, solo me dio un beso en la cabeza y me abrazó con cuidado de no tocar el moratón que me hizo Josh un rato atrás.

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Ya pasó una semana desde lo de Josh, hablé con Mía y arreglamos las cosas. Dash esta semana se la pasó en mi apartamento, porque me negaba a salir, así que se quedó conmigo en cama y salía de vez en cuando. Mía también a ver como estaba. 

Ahora me encontraba en cama, sin hacer nada. Ni siquiera comía. 

Escuché que llamaban a la puerta de mi habitación y supuse que era Dash.

-¿Absurda? ¿Todo bien?-

Volvió a tocar la puerta.

-Voy a entrar ¿vale?-

Entró y me vio acostada en la cama como hace cinco días, sin moverme.

-Te traje comida- La dejó sobre la mesita de noche, junto con los demás platos -Veo que no comiste nada- Hizo una mueca.

El inicio de una bonita historia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora