Capítulo 28. Parque de atracciones.

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Hacía dos semanas de la première, mis padres ya volvieron a casa y todo seguía normal.

Ahora mismo me encontraba sentada en el sofá llorando, no tenía muy claro el motivo, pero estaba mal. El moreno se fue hace un rato a comprar al supermercado.

Abracé mis piernas mientras recordaba y pensaba.

Mi cabeza iba a mil y los recuerdos pasaban rápido por esta.

Me acordé de cuando vivía con mis padres, allí no tenía a nadie.

Nadie me ayudaba, estaba sola.

Siempre creí que podía sola con todo, y hasta cierto punto era verdad, pero había veces que necesitaba un apoyo para descansar, una persona en la que confiar, la cual hiciese todo lo posible y hasta lo imposible por verme bien, como yo hacía con los demás, pero nadie daba nada por mi.

Mi cuerpo ya empezaba a temblar cuando me di cuenta de que necesitaba desahogarme, necesitaba alguien que me ayudase a calmarme.

Estaba en mi casa, ya era de noche y mis padres dormían, no quería molestarlos. Así que mi única opción era enviar un mensaje.

Un simple mensaje.

Pero aún que parezca una tontería para mi era muy difícil.

Empecé por un ''Estoy mal''.

Esperé...

Esperé...

Esperé...

Y nada.

Yo seguía en el mismo estado que antes, pero nadie acudía.

Cuando me di cuenta de que no iba a contestar mandé otro mensaje ''Ya estoy mejor'', mentía, pero ya no quería ayuda, o quizá lo que no quería era pedirla.

Después de un rato yo seguía igual, así que le hablé a otra persona.

Esta si contestó, pero rápidamente cambió de tema y entre llantos acabé ayudándole yo a ella.

En ese momento recibí un mensaje de la primera persona.

''Perdón por tardar en contestar''

Le puse que no pasaba nada, y era la verdad, pero en el fondo si que pasaba.

No me molestaba el hecho de que no me contestase, me molestaba el hecho de que yo siempre estaba para todos, pero cuando yo necesitaba ayuda nadie acudía.

Y no era obligación de nadie consolarme, ni calmar mis llantos, pero si no lo iban a hacer que no me dijesen que si.

''Estoy para lo que necesites''

''Sabes que siempre voy a estar para ti''

MENTIRA, si de verdad estás, no minimices mis problemas, no te hagas la víctima cuando te pido ayuda y tardas en responder...

Nadie tiene la obligación de ayudarme, pero yo tampoco tengo que dejarme la piel en ayudar a todos mientras me ahogo sola.

Por ese motivo empecé a dejar de ayudar a todos, hasta que llegó Dash.

Él si que hacía lo imposible por verme bien, el se preocupaba de verdad por mi.

Con él puedo hablar de mi y ser escuchada, con él puedo dejarme la piel para ayudarlo porque se que va a hacer lo mismo conmigo.

De repente el sonido de la puerta de la entrada me sacó de mis pensamientos.

Era Dash, al entrar dejó las bolsas en la cocina y se acercó a mi.

El inicio de una bonita historia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora