Capítulo 27. Première.

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Eran las cuatro de la mañana y aún no podía dormir. Miré a mi derecha y ahí estaba Dash, durmiendo plácidamente.

Fui al baño, a lavarme la cara para despejarme un poco.

No es que estuviese nerviosa, es que estaba aterrada por el estreno.

Me miré un momento en el espejo, estaba algo pálida, tenía unas ojeras enormes y, por si fuera poco, tenía el estómago bastante revuelto por los nervios, y las ganas de vomitar no se quedaban atrás.

Volví para cama e intenté dormir un poco, pero era incapaz. Di vueltas en la cama un buen rato intentando conciliar el sueño.

De repente unas nauseas se apoderaron de mi y corrí al baño.

Mientras vomitaba sentí unas manos sujetando mi pelo.

-Tranquila, Maddie- Era Dash, agarró todo mi pelo con una mano mientras que con la otra me acariciaba la espalda. -¿Los nervios?- Asentí una vez me sentía algo mejor.

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-Te queda genial ese vestido- Dijo Dash, el cual estaba apoyado en el marco de la puerta mirándome.

-Gracias, tu tampoco estás nada mal- Me acerqué a él, quedando a escasos centímetros de distancia.

-¿Nada mal? Yo diría que estoy increíble-

-Puede...- Nos quedamos en silencio unos segundos, hasta que decidí hablar -Deberíamos bajar antes de que Camila venga y se ponga histérica- Él soltó una carcajada por lo bajo antes de escuchar la puerta de la entrada abrirse.

-¡Maddie, ya es hora!- Dijo Camila entrando.

-Te lo dije- Susurré para que solo escuchase el moreno.

-Venga parejita, tenemos que irnos- La seguimos hasta abajo sin rechistar. Entramos en la limusina, donde estaban Paul y Carlos, el director.

-Hola Mad- Me saludó el rubio dándome un beso en la frente -Y hola Dash- El mencionado solo levantó la mano en modo de saludo.

Al llegar vi toda la gente que había, era demasiada.

-Bien, ahora lo más importante es que lo paséis bien, y acordaros que no estáis obligados a responder a todas las preguntas, me hacéis la seña que os dije y voy a por vosotros ¿Entendido?- Explicó Camila, y Paul y yo solo asentimos.

La limusina aparcó detrás del edificio, al bajar solo pude ver una cosa.

Mis padres.

Mis ojos se cristalizaron al instante, no permití que cayese ninguna lágrima ya que eso arruinaría mi maquillaje.

-Mamá, papá- Conseguí decir antes de lanzarme a sus brazos, hacía demasiado tiempo que no los veía, los echaba de menos. Y ahora estaban aquí, en uno de los mejores días de mi vida, abrazándome.

-Cariño, que grande estás- Dijo mi madre separándose de mi.

-¿Qué hacéis aquí?- Pregunté emocionada y curiosa.

-No nos íbamos a perder este día por nada del mundo, princesa- Aclaró mi padre, echaba de menos que me llamase así.

-Siento molestar, pero Maddie tiene que entrar- Camila interrumpió antes de entrar por la puerta trasera.

Estaba nerviosa y emocionada a la vez.

Dash se puso a mi lado y me ofreció su mano.

-¿Vamos?- Asentí entrelazando nuestras manos.

Una vez dentro me puse aún más nerviosa. Había gente corriendo de un lado a otro con cables, papeles...

La multitud esperaba fuera junto a la alfombra roja.

El inicio de una bonita historia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora