Capítulo 7. Miedos.

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Ya casi.

Pensé, pero de repente unos fuertes brazos me agarraron y me quitaron las tijeras de mi mano, envolviéndome en un fuerte abrazo.

-Maddie, lo siento, de verdad yo no quería decir eso, solo que me puse celoso. Pero, por favor, no vuelvas a hacer eso. Se que no es solo por lo que te dije, que tienes mas problemas, pero porfavor déjame ayudarte.- Dash hundió su cara en el hueco de mi cuello llorando.

-Yo... no quiero seguir así, Dash, no puedo-

-Claro que puedes- Nos quedamos callados un rato, abrazados. Ya estábamos más tranquilos cuando Dash habló.

-¿No te da miedo?-

-¿El qué?-

-La muerte, es algo tan cercano a la vida, pero a la vez tan alejado-

-Yo no le temo a la muerte, Dash, yo le temo a la vida-

-¿Como no le vas a tener miedo a algo tan desconocido?- Preguntó el moreno mirándome a los ojos.

-Que sea desconocido no tiene nada que ver con el miedo que de. Hay cosas tan conocidas y reales que dan más miedo que lo irreal y desconocido- Sus ojos verdes estaban llenos de curiosidad.

-Supongo que tienes razón, pero a veces vale la pena enfrentarse a tus miedos que esconderse en lo irreal y desconocido- Puede que tuviera razón, puede que en vez de huir tuviera que enfrentarme a la vida.

-¿Y si no puedo sola?-

-Es que no estás sola, Maddie- Le mostré una sonrisa de boca cerrada y siguió hablando -Y ahora vamos a dar un paseo, y así te despejas un poco- Dijo mientras me ofrecía su mano -Pero vamos a usar el plan b, es más divertido-

-¿Plan b?-

-Sí, vamos- No tenía muy claro lo que quería hacer, pero aún así decidí ir con él.

Empezamos a caminar hacia la salida, pero mi pesado vecino se paró delante de una ventana. Para ser más exacta, era la ventana por la que podías acceder a las escaleras de incendios.

-¿Confías en mí?-

-No- Bromeé

-Pues venga- Tiró ligeramente de mi mano y salí por la ventana, seguida de él.

-Dash, esto está muy alto-

-Vaya, está bien que te enteres que vivimos en el penúltimo piso de este edificio-

Seguimos bajando hasta llegar a nuestro destino.

-Ves, no era para tanto, absurda-

-Ahora estoy cansada-

-Eres una exagerada, tampoco bajamos tantos pisos-

-Pues para la próxima bajas tu solo- Él soltó un suspiro, caminó hasta quedar en frente mía y se dio la vuela, quedando de espaldas a mí.

-Sube antes de que me arrepienta- Me subí a su caballito con una sonrisa de oreja a oreja. -No te rías tanto, que esto no va a ser así siempre-

-Eso ya lo veremos- Pasamos al lado de una heladería y Dash se paró.

-¿Quieres un helado?-

-¿Con este frío?-

-Venga, no seas aburrida- No me dejó contestar ya que entró en el local y compró dos helados.

-Aquí tienes- Nos sentamos en un banco y me dio el helado.

Agarré el helado mirándolo pensativa.

-Gracias- Susurré.

-¿Por qué?-

-Pues por todo. Me estás ayudando, y sinceramente no sé porque-

-Joder Maddie, me sorprende que aún no te des cuenta-

-¿Cuenta de qué?- Él me miró fijamente a los ojos y habló.

-De que me gustas, de que estoy perdidamente enamorado de ti- Sus palabras dieron vueltas por mi cabeza.

¿Yo le gusto?

¿Él me gusta?

-Yo... No sé que decir-

-No tienes que decir nada-

-Yo...- No estaba segura de lo que iba a decir, pero ya no había vuelta atrás. -creo que también me gustas-

-No estás obligada a decirlo si no lo sientes-

No sabía que decir, ni siquiera sabía si estaba enamorada de él o no.

-¿Quieres volver a casa y vemos una peli?-

-Claro, pero elijo yo la peli, y quiero que me lleves en el colo aún estoy cansada- Suelta una carcajada y al instante me pongo roja.

¿Pero qué me pasa?

Que estás enamorada.

Pero, eso es imposible ¿Verdad?

Dash se acercó a mi y me levanto pasado mis piernas al rededor de su cadera y empezó a caminar.

Iba tan cansada que apoye mi cabeza en su hombro mientras me terminaba el helado.

Al llegar a la entrada del edificio, me bajó y unió sus labios con los míos.

-Podría acostumbrarme a que me des besos- Dije sin pensar. -Quiero decir, que gracias por llevarme en el colo- Él soltó una carcajada lo que me hizo ponerme roja.

-Si quieres te puedo dar otro- No contesté, simplemente acerqué mi cara a la suya y lo besé.

-¿Y si subimos?- Pregunté nerviosa.

-Claro- Me agarró de la mano y subimos.

Al llegar al apartamento me senté en el sofá y Dash fue al baño.

-¡Dash!- Lo llamé desde mi sitio.

-¿Qué pasa?-

-¿Me puedes traer el mando? Creo que está en el mesado de la cocina-

-Claro-

Cuando llegó al sofá se tiró encima mía, yo lo aparté dejando su cabeza apoyada en mis piernas y le di caricias en el pelo. Él me entregó el mando y yo lo cogí gustosa.

-¿Cuál vamos a ver, absurda?- Preguntó mirando la tele.

-Un monstruo viene a verme- Era mi película favorita desde que la vi por primera vez.

-Está bien-

Después de acabarla estábamos hablando de cualquier cosa cuando el timbre sonó.

Fui a la puerta y al abrirla me encontré con...Mía.

-¿Mía, qué haces aquí?-

-Maddie, necesito hablar contigo, por favor-

***

Nota de autora.

Sé que este capítulo es un poco cursi y todo muy bonito. Pero no todo es tan bonito como parece, ¿o si?

Espero que os guste.

Hasta el próximo capítulo;)

El inicio de una bonita historia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora