Premio

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Después de la discusión entre Lucy y Caspian las cosas en la cena fueron muy tensas, desde Lucy dando indirectas a Caspian de irse de vacaciones con Lilliandil solos hasta Caspian dándole indirectas a Susan.

—Buenas noches, yo me retiró— Susan se levantó de la gran mesa, se despidió de sus hermanos, de Caspian, de Rilian y por último de Lilliandil.

—Descansa...— Susurró por lo último Rilian, quien a pesar de tratar mal al principio a Susan se había encariñado con esta.

—Yo también me retiró, mañana será un día muy largó iremos de caza y campamento y quiero que todo salga bien— Explico Caspian quien salía a la par de Susan.

Por otro lado Lilliandil aún no sabía si realmente estaba embarazada pero haría lo posible por estarlo, se daba cuenta de las miradas cómplices que se daban Susan y su marido cosa que le hacía enfadar.

Y así sucesivamente todos se fueron retirando de la mesa, dejando por última a Lilliandil quien aún seguía sumida en sus pensamientos.

—Majestad vaya a descansar ya es muy tarde y el Rey tiene razón, mañana será un día muy agotador para ustedes— Una sirvienta hablo con Lilliandil al verla tan concentrada en un punto indefinido.

—Si... Eso haré, gracias— Lilliandil se levantó de la mesa y fue directamente a la nueva habitación que tenía junto a Caspian, ya que después de la llegada de Susan Pevensie su antigua habitación ahora era de la Benévola.

—Caspian ¿Ya estás dormido?— Lilliandil empezó a despojarse del gran vestido que portaba para colocarse un vestido pijama, para poder dormir más tranquilamente.

—¿Caspian?— Volvió a insistir la Reina al no escuchar respuesta alguna.

Cuando intento recostarse y abrazar a Caspian quien cariñosamente acepto dicho abrazo, cayendo Lilliandil en brazos de morfeo.

A una hora no muy concreta Lilliandil se levantó al sentir un brisa fría que recorrer sus pies, intento buscar a Caspian con las manos pero en la cama solo se encontraba ella.

Con sumo cuidado Lilliandil decidió salir al Gran balcón justo frente a la gran cama que con Caspian, suspiro pesadamente al sentir el frío viento chocar con su rostro.

—¿Por qué la quiere tanto?— Se pregunto a si misma al recordar la primera vez que Susan apareció, Caspian dijo "Eres mi Reina".

Unas risas la sacaron de sus pensamientos alzando la vista hasta una torre no muy alta del Castillo viendo a Caspian tomando la mano de Susan.

—Desde aquí las estrellas se ven aún mas bonitas— Hablo sorprendida Susan al ver el cielo iluminado con muchas estrellas.

—Sabes, cuando viaje en el Alba siempre le preguntaba a una estrella en particular por ti...— Caspian se poso tras Susan tomando su brazo izquierdo.

—Y la estrella siempre brillaba con gran intensidad cuando lo hacía— Caspian le señaló una estrella grande y muy, muy brillante.

—Yo siempre hacía cartas... Y luego las quemaba, creía que si lo hacía podía olvidarme de ti— Confesó Susan recordando como después de la muerte de sus hermanos nunca volvió a mostrar sentimientos verdaderos.

—Pues me hubiera gustado leer esas cartas, esos sentimientos debían ser muy fuertes si siempre escribías— Una risa ruidosa salió de Susan haciendo que inconcientemente Caspian también riera.

Ambos la pasaban bien observando las estrellas, pero quien no lo hacía era Lilliandil quien como si de un depredador se tratara no quitaba la vista de encima de Susan y Caspian.

—¿Entonces esta es mi recompensa?— Caspian tomo de la cintura a Susan y suavemente le dio media vuelta para poder verla a los ojos.

—No, tu premio es este— Aún bajo la vista de Caspian, Susan llevó sus manos hasta el inicio de sus pechos sacando un dije para de ahí quitar el collar de su cuello.

—Lo compré en Londres, sabes mi yo interior sabía que no superaría Narnia, así que decidí comprar este collar... En honor a Aslan— Explico Susan enseñando el collar con el dije de león adornandolo.

—Me traía buena suerte— Ahora Susan se puso tras Caspian para poder ponerle el collar.

—Ahora a ti te dará buena suerte... Príncipe— Culminó Susan entre risas.

—Ahora soy Rey y tú eres mi Reina— Caspian también río al recordar cuando la vio por primera vez y quedó totalmente enamorado.

—Entonces Rey Caspian X mi primer decreto como su Reina es ir a dormir, que ya se me cierran los oj...— Susan no pudo terminar su frase por qué vio a Lilliandil en el balcón observandolos muy detenidamente, acto que le desagrado.

Lilliandil al darse cuenta de a quien miraba Susan, se metió rápidamente a la habitación y a la cama, acobijandose entre estás.

—Si Reina y también me di cuenta que se le va hasta la voz— Caspian tomo la mano de Susan para poder bajar y luego bajarla.

—Buenas noches— Sin dejar que Caspian respondiera Susan se fue corriendo hasta su habitación.

( . . . )

Susan se preocupo por lo de Lilliandil ella no quería ser una tercera en discordia, pero si Caspian nunca amo  a Lilliandil de la forma en la que Lilliandil si lo amo, ella no tenía culpa alguna, al fin y al cabo ella tampoco dejo de amar a Caspian.

( . . . )

—Caspian...— Fingió Lilliandil levantarse.

—Lamento despertarte, fui a la cocina del reino por agua, me dio sed— Caspian se acostó al lado de Lilliandil dándole la espalda, prohibiendole abrazarlo.

—Buenas noches, descansa, recuerda que mañana iremos de caza— Fue lo último que le dijo Caspian para caer en un sueño profundo.

Pero quien no podía dormir era Lilliandil, que haría para recuperar nuevamente la atención y cariño de Caspian.

Susan ahora era su enemiga y lo que la estrella le hacía a sus enemigos, era dejarlos fuera de vida.

De ahora en adelante Susan tendría que cuidarse si no quiere acabar fuera del camino de una celosa Estrella.

𝑳𝒂 𝒕𝒓𝒂𝒊𝒅𝒐𝒓𝒂 𝒅𝒆 𝑵𝒂𝒓𝒏𝒊𝒂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora