1. Voz

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La tetera hervía, los cupcakes que estaban en el horno estaban listos, solo quedaba arreglar la casa para la celebración. Para Steve Rogers era un día muy especial pues después de varios meses pudo cumplir su anhelo de ser acólito y poder ayudar al sacerdote en la misa. Su madre Sarah decidió realizar una pequeña fiesta después de la misa, para ella celebrar hasta los más pequeños logros de sus hijos era algo muy importante. Steve era un muchacho devoto y responsable, desde que tenía 15 años lo llevaba a la misa y no fue hasta que cumplió sus 22 años que decidió ser acólito porque sentía que era un primer paso para discernir si la voz del Señor le llamaba.

Steve desde muy pequeño ayudaba a las señoras mayores de la parroquia con las actividades y después comenzaba a ayudar en la misa ya sea haciendo el guión, en la colecta o algunas veces cantando para animar la ceremonia, sin duda el ángel de la familia. Muy por el contrario se encontraba su medio hermano James de 21 años quien era todo lo opuesto a Rogers. Sus vestimentas negras y su estilo punk no es algo normal que se vea en la Iglesia, probablemente si Bucky pisaba el edificio le harían un exorcismo.

-James, querido, debes acompañarnos a la ceremonia. Para tu hermano es muy importante.- dijo Sarah con amor a su hijo un tanto descarriado.

-Ma, por qué querría ir yo a eso? Me alegra que Steve quiera ser acólito, quizás decida de una buena vez ser sacerdote.-dijo Bromeando.

-Hey, tu sabes bien que no busco eso.-dijo un tanto avergonzado. Su hermano le había confesado lo que deseaba algún día encontrar a su omega, ese omega que su lado alfa tanto anhelaba encontrar y que según sus palabras sería como encontrar el amor de Dios.

-Es una broma, bueno si deseas tanto que esté ahí lo haré.- dijo sinceramente, quería hacer siempre feliz a su hermano.

-Gracias, además te agradará la ceremonia. El Padre Zemo siempre trata de llegar a los jóvenes con sus analogías. – dijo Steve tratando de animarle.

-Bueno, él es bastante joven si solo tiene 27 años, es todo un niño. Ya James, preparemos la comida y Steve, corazón, enlístate para ir a la misa que nos queda poco tiempo. – dijo Sarah apurando a sus hijos.

La misa como todos los domingos se llenaba de gente, para el pueblo de Castronuevo era sagrado terminar la semana yendo a celebrar la Santa Eucaristía. El Padre Zemo siempre se complacía que la Iglesia siempre estaba llena de fieles cada domingo y este era uno muy especial porque tendría al menos 10 acólitos nuevos que se sumarán al servicio en el altar.

Helmut era un sacerdote de 27 años que venía de Sokovia que quedaba en Europa, inició su formación desde muy pequeño pues un día sintió el llamado de Dios, aunque era común que los sacerdotes fueran betas, un sacerdote amigo le ayudó a ocultar su aroma y pudo ingresar al seminario. Después de muchos años de formación en Sokovia, se ordenó como sacerdote y  un par de misiones a países cercanos, sus superiores le informaron que debía ir al pueblo de Castronuevo para ser el sacerdote que reemplazaría al Padre Juan que llevaba al menos 60 años con la comunidad y que ya estaba en edad de su retiro. Desde ese entonces el Padre Zemo se ha dedicado a seguir cultivando lo que había realizado el Padre Juan y capturar a nuevas caras jóvenes a la comunidad.  

Helmut, como cada Domingo,  se colocaba en la entrada de la Iglesia para saludar a todos sus fieles antes de comenzar la ceremonia. Y cuando quedaban al menos 10 minutos antes de comenzar, se iba a la sacristía a poder arreglarse y verificar que todo estuviera intacto. Cuando quedaban 5 minutos para comenzar, la familia Barnes-Rogers llegaron a la Iglesia, un tanto agitados Sarah y Steve entraron raudos hacia la sacristía para colocar el alba a Steve, mientras que James se quedó afuera pues no le agradaban los recintos religiosos y su playera casi transparente, como sus tatuajes, probablemente las abuelitas pensarían que había entrado el mismo demonio.

La misa inició como de costumbre, con cantos y lecturas, todo muy ceremonioso hasta que llegó el momento de la Homilía y el Padre Zemo se levantó de su gran silla para dar su sermón sobre la belleza de encontrar nuevos pastores al servicio de Dios. En ese momento algo se removió en el interior de James, quien desde afuera sentía algo especial por aquella persona que hablaba. Su instinto alfa le estaba llamando.

Desde el altar, Helmut vio como James ingresaba al edificio y se acercaba a su madre quien oía atenta sus palabras. Algo en él se removió al verlo, sus ojos color cielo, su apariencia era como si fuera el pecado mismo, sintió un pequeño fuego que estaba ardiendo en su interior. En su momento se dio cuenta que se había quedado en silencio y con mucha dificultad siguió su sermón e intentó dejar de mirar a aquel joven de apariencia inusual.

Por otro lado, Bucky al ingresar a la Iglesia por aquella voz, esa voz de ángel que le invitaba a entrar le hizo sentirse conmocionado y excitado, sin importar lo que aquel omega hablaba. Quedó impactado al ver la belleza de aquel hombre de cabello y ojos castaños que lucía una casulla verde y le miraba con intensidad. Aquella voz de aquel omega le encendía y le invitaba a recorrer el infierno y ascenso de Dante solo para poder finalmente encontrarse con él. Su lado alfa se enloquecía al escuchar de Dios sobre aquellos labios suaves de ese hombre, quien de seguro era su omega.

Omegacember - WinterbaronDonde viven las historias. Descúbrelo ahora