21 - Wake up and live forever...

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La música era tan alta que era difícil escuchar algo más que el bajo distorsionado de las bocinas. Sean Paul nos alegraba a todos la noche con una canción que al igual que toda su discografía era casi imposible de entender su lirica. Algo sobre drogas, seguro.

Estábamos sentados en un banquito no muy lejano de la casa de la fraternidad. Habíamos estado aquí desde hace un rato con un perpetuo silencio entre ambos. "Agárrame de la mano" seguro, pero, ¿y ahora qué?
Hana parecía incomoda, pero intentaba disimularlo, aunque notaba la timidez en su rostro no parecía difícil entablar una conversación normal. ¿Sería posible que ella también sufriera la misma ansiedad y dificultad que yo presentaba al intentar socializar con un desconocido? Quizá.

- Sufro de ansiedad social. -Solté, así sin más. No pensé en lo que estaba diciendo hasta que salió de mi boca.

- Yo también, -Respondió con una sonrisa incomoda- diagnosticada desde la adolescencia.

- Creo que es la primera vez que conozco a alguien que sabe que significa eso.

- No debes de conocer a muchas personas entonces.

- Tal vez tu conozcas a más personas que yo. Nunca intente familiarizarme con los demás por aquí, mi vida era justa hace tiempo, pequeña y preciosa. No me faltaba nada, no me sobraba nada.

- ¿Es por la chica? La otra mexicana, la que se fue.

- No realmente. -Por alguna razón, mi cerebro decidió sincerarse. - A decir verdad, consumo morfina. Desde hace un tiempo, no sé porque realmente, una tipa me metió de lleno a eso. No lo sé quisiera decir que es por la chica, pero no, creo que intente relajarme por cinco minutos de mi dolor y acabe con una adicción severa a la morfina.

- Dios te quito el amor y te dio una adicción a la morfina. Suena como un intercambio justo.

- "Dios da, Dios quita", estoy seguro de que es algo bíblico.

- Nunca he leído la biblia, ni siquiera estoy segura de que religión tengo. No lo sé, pensé que seria por la chica, era muy linda. Todo el mundo en la clase se pregunto que paso con ella, pensé que tu sabrías. Míralo así, al menos tu sabes que tienes un vacío y el que lo ocasiono, yo solo siento un vacío que no puedo llenar, al menos no encuentro la manera. ¿Has escuchado las historias?

- Mentiría si dijera que no. Pero no creo que sean ciertas, la gente tiende a ser exagerada.

- Te sorprendería entonces que dijera que son ciertas. Al menos la mayoría. Siempre he intentado complacer a los demás, y siempre pensé que esos vacíos se llenarían complaciéndolos. Creo que era fácil ver la vulnerabilidad y todos la aprovechaban. Pero cada vez parecía más sincera que la anterior...

- Cuando nadie es el indicado, todos parecen serlo. – Interrumpí.

Asintió con la cabeza y miró al piso. Hubo un momento de silencio, y era un silencio sincero. Su mirada se cruzó con la mía por un segundo e intente sonreír para darle confianza. Éramos dos raritos, dos personas que anteponían los intereses ajenos a los suyos. Pensé en mi valkiria... ¿Mi? Nunca fue mía, nunca fui de ella. Su proposición era de índole mayormente sexual que me incitaba a seguir con ella por sentir el placer de su cuerpo, pero nunca me había puesto a pensar realmente en que tal vez no era yo quien buscaba su compañía, y era ella la que buscaba la mía. Tal vez las drogas y lo demás era para mantenerme atado a ella. Tal vez. Solo tal vez, Hana y yo nos parecíamos en eso, en que buscábamos complacer lo que nos decían.

- Tal vez no debes de satisfacer a nadie excepto a ti misma. Ni yo a nadie que no sea yo mismo. Tal vez tu no eres promiscua por el sexo, ni yo un drogadicto porque mi novia me dejo. Tal vez solo tenemos que ser nosotros mismos. Hana, Pablo, personas. Tal vez solo debemos de ir a dormir hoy y nunca despertar como quien somos actualmente, sino como siempre debimos de ser. Despertar y vivir para siempre como personas y no como herramientas.

El lineamiento de las emocionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora