22 - I want to fucking tear you apart

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Un beso aquí. Un beso allá. Una caricia tierna. Tal vez un beso más largo. La yema de los dedos recorre una piel preciosa y tersa. El tacto se siente cálido y lento. Una marca en un lugar. Una mordida en otro lugar. Su piel roza con la mía, sus labios se aferran con fuerza y desespero a los míos. Un abrazo largo que se convierte en un baile que se mueve al ritmo de la música. Como si fuéramos uno solo. Sus suaves pechos pegados a mi abdomen apretados fuertemente mientras cerramos los ojos. Un murmuro y un "te amo" no hacen sino escalar a gemidos y gruñidos.

Como leones enjaulados, nos movemos, gruñimos, gemimos y no paramos, encadenados en un vaivén con un ritmo perfecto, como una banda de jazz con un tempo marcado, cual maquinaria de reloj. Sus bezos forman una forma perfecta y mi piel almacena de manera casi fotográfica cada marca, cada tacto. ¿Se puede estar más cerca que esto? En un punto donde cada respiro se escucha con la mejor calidad, donde las palpitaciones cardiacas se mezclan en una, donde sientes el aire salir de la otra persona y pegar con tu piel.

Tal vez eso era lo que nos faltaba, lo que teníamos tan cerca. Tal vez la persona indicada siempre estuvo junto a mí y nunca me di cuenta. Tal vez el amor es así, una serendipia asombrosa y perfecta que llega en el momento en que no te lo esperas.

Fui suyo, fue mía, durante un momento, o tal vez muchos momentos. Y a veces, un momento dura toda la eternidad.

Suficiente melosidad, suficiente pedantería. Volvamos a lo que nos incumbe.

Debimos estar así al menos toda la noche, no recuerdo muy bien el tiempo, pero recuerdo el cómo. Lo hicimos con tanta pasión y con tanto cuidado como si el mundo se fuera a acabar. Thomas no volvió esa noche, y que bien, porque entre canciones de Morrisey y The Cure y gemidos no habría podido dormir nada como nosotros.

Cierto, Morrisey, The Cure, Joy Division y New Order dieron ambiente a nuestra noche, y no podía estar mas lejos de mis gustos, pero no me disgustaba. ¿Dónde estaba Lady Day, donde estaba Sinatra? Lejos de eso, y ellos habrían puesto un ambiente más calmado y directo, menos pasivo agresivo. ¿Acaso estaba escuchando música que no me gustaba? Experimentando cosas nuevas que si bien, no terminaban de ser mis favoritas, acabaron siendo parte de mi en un lugar subconsciente.
Ahora cada que escucho Temptation o Every day is like Sunday, no puedo evitar sino recordar aquella noche, y las noches siguientes que pasamos enredados uno con el otro amándonos como si no hubiese un mañana. Lucille, mi amor, yo que te quería tanto en aquel momento.

Dormimos abrazados, con una sabana delgada a duras penas cubriéndonos. Con sus brazos encima mío, me sentí protegido, me sentí especial. No había música mía, no había drogas, no había sexo desenfrenado que fuera furia disfrazada de amor, ¿Dónde estaba la toxicidad? Todo era tan limpio, estaba fuera de mi zona de confort, pero me sentí como un pez en el agua, con toda la paz del mundo.

Al despertar, me acurruque un momento a su cuerpo desnudo, y ella recibió mi abrazo con ternura, me dio un beso leve en la mejilla mientras revolvía mi cabello.

Recuerdo que hablamos de cosas, pero no recuerdo exactamente de qué. Era como si nada de la noche anterior hubiese pasado, ella limpio la casa usando mi camiseta larga como si fuera una bata, y yo preparé un desayuno rápido para ambos. No había señas de Thomas por ahí, ¿Dónde habría pasado la noche? Ni idea.
Recuerdo que empezó a llover cuando nos sentamos a comer. Le dije que buscaría un trabajo en algún lugar que fuese tranquilo, que tal vez podríamos irnos de ese departamento a uno más íntimo. No sé, supongo que era la emoción de que oficialmente ya éramos una pareja lo que me hizo entrar en ese estado de complacencia ajena, pero ella solo me dio un beso en la mejilla y explico que realmente no necesitábamos cambiarnos de departamento. Ella seguía estudiando, y alejarnos del campus no era conveniente.

La lluvia era muy fuerte y la temperatura empezó a bajar de pronto. Al terminar nuestro desayuno solo nos sentamos a ver películas, abrazados uno con el otro en el sofá. Después de un rato, empezamos a besarnos apasionadamente, y aunque una cosa llevo a la otra, solo llegamos a su cama en su habitación, pero no hicimos nada excepto acostarnos bajo la sabana a hablar. Ella se durmió mientras me acurruque en su pecho, pero yo no podía dormir porque... No lo sé, algo me tenía preocupado.

Me paré y fui hasta la sala, y vi a Thomas ahí, sentado con una taza de jugo en la mano, se veía cansado y mojado, supongo que de la lluvia. Miro por detrás de la puerta y vio a Lucille con mi camisa puesta durmiendo plácidamente. Sonrió un poco y me dio un puñetazo leve en forma de juego en el hombro.

- Vaya chica te has ganado, perro. -Dijo. - Hasta que viste que era apropiada para ti, y eso es muy bueno. Al fin olvidaste a esa otra chica, la mexicana. Era muy linda amigo, pero eso esta en el pasado, ¿no?

- Si, lo está. -Conteste.

- Bien, eso esta perfecto. -Sonrió otro poco. – La vi el otro día en una fiesta que estuve administrando. No era aquí la fiesta, era por la frontera de hecho, perdón si no avise, mi celular se quedó sin batería.

- ¿Viste a Andrea? -Pregunte curioso. Una chispa dentro de mi exploto, no necesitaba a Andrea, a duras penas la recordaba, pero quería saber porque se fue, una especie de cierre para ese arco de mi vida. - ¿Dónde fue la fiesta?

- Lo siento viejo, me pidió que no te lo dijera. De hecho, no pensé en traerla como tema. Dime, ¿Cómo paso lo de Lucille? ¿Te presento a Hana? Oh, debió ser en la fiesta, ¿no?

- No cambies el tema, hermano.

- No lo cambio, solo tengo curiosidad, son mis amigos. ¿Ahora dormirán en el mismo cuarto? Solo promete que no serán ruidosos.

- Andy. -Golpee la mesa. - ¿Dónde está?

- En serio no te lo diré, no puedo.

- ¿Por qué no puedes?

- No esta en mi decisión, además no entenderías todo sin el contexto.

- No me hables de contexto, háblame de su ubicación.

Contexto. Vio a Andy la otra noche. Sexy.

- ¿Dormiste con ella? -Pregunte con una sonrisa nerviosa, ni siquiera sé cómo vino a mi mente el pensamiento, y fuese cual fuese la respuesta no quería saberla.

- No, no, bueno tal vez sí. Es algo que pasó, tu sabes, esas cosas pasan.

- ¿Cuándo?

- Como tres días después de que te separaste de ella. Pero ya no estaban juntos, sabes que nunca te haría algo así, perro, ni ella lo haría, es una mujer de principios, puedo asegurártelo. Y tal vez la otra noche que me encontré con ella, nos hospedamos en el mismo hotel y resulta que ambos queríamos recordar lo que había pasado anteriormente. Pero ella ya quedo en el pasado para ti, y tu en el de ella, en esta ocasión ni siquiera te mencionamos. No se si esto te haga sentir bien, pero ella esta muy bien y supo llevar su rompimiento.

No llore. No grite. No sentí nada por treinta segundos. ¿Eso es mucho tiempo? Porque realmente se sintió como una eternidad. Dicen que vivimos la vida un minuto a la vez, pero medio minuto de insensibilidad fue una vida completa.

Algo ha estado atorado en mi cabeza todo este tiempo, un desconsuelo, un lapsus que no puedo llenar, y creo que sinceramente esta es la causa de ese lapsus. Solo recuerdo que lo peor de todo apenas empezó aquí, cuando tire la mesa encima de Thomas y aprete su cuello para golpearlo contra el piso.

Me sentí traicionado, no porque ella no tuviera libertad sexual, sino porque Thomas supo donde estaba todo este tiempo. Me vio sufrir, me vio llorar, me vio en mi momento mas bajo, y aunque no fue culpa de ella, en serio me sentí frustrado y no tenia con quien desquitarme. Llevaba meses aspirando desquitar mi furia con alguien, y Thomas era ese alguien.

Los diez minutos siguientes están perdidos en mi memoria. He intentado buscar el rollo entre mis recuerdos, pero solo consigo fragmentos como si fuera la Metropolis de Fritz. Pedazos, momentos, flashes, algunos sonidos, pero nunca tengo el panorama completo. A duras penas recordaba que esto hubiera pasado, y apenas estoy recordándolo; tal vez necesitaba, al igual que Thomas, contexto para entender el gran panorama.

El lineamiento de las emocionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora