2- Andy

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Cuatro letras marcan la parte más importante de mi vida en aquel entonces. Era ella, el centro de mi vida y la cosa más importante que tenía. Cuatro letras se marcan en un coqueto apodo lo que era ella. Andrea. Simplemente era Andy, y yo la amaba por ello.

La amaba por ser Andy, porque ni siquiera intentaba ser diferente. No le importaba marcar la diferencia a propósito, estaba consciente de si misma y no tenia que hacer nada para enamorarme; solo tenia que ser ella misma.

Andrea era maravillosa, y supongo que yo la amaba. Amor de verdad, eso es lo que era, y ella decía que me amaba también, que yo era el centro de su mundo. Ella no estaba ni cerca de ser como yo, jamas fuimos medias naranjas, sino polos opuestos.
Me agradaba que fuéramos tan diferentes. La gente siempre dice que busques a alguien idéntico a ti para pasar tu vida junto a esa persona, pero yo digo que es aburrido. Es como verse en un espejo, y después de un rato resulta cansado, te aburre; y si lo hace es porque no hay nada que te sorprenda de esa persona.

Ella y yo somos diferentes, y a ambos nos atrae eso. Teníamos gustos diferentes, eso hacia que fuera interesante compartir lo que te gusta con la otra persona. Claro, no siempre funciona, pero vale la pena intentarlo. Vale la pena cada maldito segundo que pases con esa persona y no te importara. A mi no me importaba nadie más que ella.

Ella era casi perfecta. Como un cuadro, como ese paraje del que tanto predique a lo largo de mi vida, ese paisaje perfecto que imagine.
¿Notaste el "Casi"en la primera linea? Bueno, había un pequeño detalle. Tal vez no sea exactamente algo muy importante, pero a veces afectaba nuestra relación, no me importaba. Era un pequeño detalle que estaba dispuesto a soportar por esta chica, porque en verdad sentía algo por ella.

Era maníaco depresiva.
Tal vez hayas escuchado esas palabras juntas en una publicación estúpida de alguna red social. La gente que quiere llamar la atención la utiliza, pero es un padecimiento medico critico que afecta tu relación con otras personas. Recuerdo a mi hermosa Andrea quien estaba casi siempre hasta las cejas de Depakote, y que cuando no lo estaba se comportaba como se supone que debe de estar: cambiante de estado siempre. Estando eufórica y llena de jubilo en un momento, y al otro momento estaba totalmente triste, deprimida.
Pensándolo en manera retrospectiva, creo que es por esto que ella y yo jamas tuvimos nada de intimidad, por el miedo a un cambio de emoción en el momento equivocado.
Mis amigos eran sus amigos, y ellos comprendían eso. Ellos la toleraban tanto como yo en esos momentos en que el Depakote era inexistente en su organismo.

Karen Andrea Pavón. Tenia mi edad. 1.65 metros, 63 kilos. Complexion media, morena de cabello. Le gustaban los Black Eyes Peas y Coldplay; ella era una amante de la cultura pop y la lectura rápida sin sentido. Odiaba con toda su alma el arte de la pintura, principalmente porque no lo entendía y era una fanática de las películas de comedia romántica que en aquel entonces invadían la cartelera de cines a cada momento del año.

Jamas he pensado lo que ella vio en mi, pienso que podría ser cualquier cosa. Veía a un chico interesante que le mostraba diferentes visiones del mundo en el que vivía, y eso le gustaba, o por lo menos eso decía.

Ella era mi musa, era tan bella el paisaje de un recuadro antiguo, y para mi, era igual de valiosa. Era una bella persona, y todo lo que la rodeaba estaba lleno de cariño y cuidado como el que ella predicaba con su encanto y dulzura.

La conocí en la escuela, íbamos a clases diferentes, ella era puntual y yo era un vago, ella era ordenada y yo un desastre. Quería ser como ella, perfecta a su manera y bellamente imperfecta. Era una paradoja andante, era una ordenada regla que puedes encontrar en una ecuación matemática, la perfección del desorden. Ella demostraba que la teoría del caos podía ser cierta, que todo parece no tener sentido hasta que efectivamente lo tiene, que todo aquello que esta ordenado puede desordenarse...

Andy era todo lo que yo quería en aquella época, pensaba pasar con ella el resto de mis días, vivir con sus perfecciones e imperfecciones.

La musa de un pintor es algo que jamas debe de tocarse... Es sagrado, es un insulto al arte, a la persona y a lo que predica.

Pero como he dicho anteriormente: yo no soy un pintor, soy un escritor. ¿Qué tan bueno soy? Eso dependerá de tu opinion.

Ahora mismo, debes de pensar que esta es una historia de amor, que te describiré con palabras hermosas y frases filosóficas mi amor por ella, junto a una aventura en la que mi vida cambio dramáticamente o encontré un oscuro secreto.
No. Solo no. ¿Te parece que el mundo gira a mi alrededor? No, no lo hace. No soy diferente, soy una persona normal que quería vivir su vida junto a una chica, y créeme que esta no es una historia de amor.

No la conocí por destino, cambio mi vida, pero no de "esa" manera. Créeme que a partir de aqui, cuando comience con la historia, te parecerá anticlimatica. 

El lineamiento de las emocionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora