traitor : zhongchi

cero trece

— ¡Kaeya, Kaeya! Ven, vamos a bailar. —Rosaria ya estaba borracha que cayó en los brazos del moreno, déjandole un beso en los labios. No era de sorprenderse, ellos a veces "dormían" juntos.

— Ven, te llevaré a la cama, ni pienses que podrás salir. No podré cuidarte toda la noche, hoy no. —Parecía que hablase con la pared pues la fémina ya estaba muy ida. Es por eso que la llevo a su cuarto, recostándola y después salió, metiéndole seguro a la chapa.

Dejándola, fue en dirección en donde se hallaban las almas de la fiesta, quien era ese chico de baja estatura que siempre llevaba trenzas, la mujer que cantaba hermoso (al menos para él) y esa extraña mujer rubia con parche que habían traído. Obviamente disimulaba, conversando con los demás hombres o bailando una que otra vez con Ámber.

No obstante, tuvo que concentrarse al cien por ciento debido a que su hermano, el de cabello rojo se fue aproximando a estos, murmurándoles algo. Esperó un poco más, haciéndose el tonto hasta que vio como toda la manada iba subiendo por las escaleras, ¿por qué los metería allá arriba? No hay nada que les debe importar.

Así que subió después de esperar alrededor de unos veinte minutos, y se pasó por todos los pasillos, una y otra vez hasta conseguir escucharlos hablar, cosa que logró, estaban en la oficina de Lumine, se quedó estático, escuchando.

— Aquí están todos los contratos que tiene Lumine con narcos pequeños, algunos grandes, en donde intercambian mercancías o simplemente les compra. —Estaban Venti, Bárbara, Fishcl y Diluc sacando un pilar de papeles, todo era un descontrol. — Aquí están los otros de todas sus propiedades; de los barcos que toma para la mercancia que pasa por el mar, entre otros, y ahí está el de la dichosa bodega.

— ¿De verdad hay miles de muertos ahí?—Dijo la rubia con un tono de nerviosismo, justo se imaginaba lo asqueroso que olía y cómo se encontraba el lugar.

— Sí, es mejor que se preparen para ir, el olor es fuerte. —Dijo el de cabello rojo, viendo cómo la del parche sólo estaba perdida en sus pensamientos. — ¿Por qué mejor no trajeron a Mona?

— ¿No lo sabes? Está de vacaciones. —Respondió Venti.

— Qué hija de perra, mientras uno aquí partiéndose el lomo. —Todos voltearon a mirar con los ojos entrecerrados a Fishcl.

— En fin, vamos a la bodega, tomemos fotos y no olviden llevarse todos los papeles. —Diluc tomó una mochila y metió todos los papeles luego de haberlos metido en un folder en el que no se podían dañar, ni mojar. — Salgamos.

Al momento en que Kaeya escuchó a su hermano, caminó tranquilamente hacia atrás para meterse en la habitación de al lado, de la misma forma, esperó alrededor de unos veinte minutos y así salir sin problemas con el fin de seguirlos.

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Tatarglia se había ido por fin de su casa, suspiró aliviado, si no quería volver a vivir con Ningguang por ahora, mucho menos con alguien que sólo le hacía dar vueltas a sus decisiones, pero de algo estaba seguro y era de que tenía la necesidad de que él le necesitara. Zhongli nunca había deseado ese sentir pero justo ahora que le pasaba, lo estaba disfrutando, amaba la idea de que alguien tan indefenso lo estuviera considerando como el escape del mundo real.

— Esperemos que no sea usted el que también necesite de él, señor Morax. —Las voces de Hu Tao y Xiao resonaron en su cabeza, no pudo evitar reírse.

— ¿Quién me creen? Ajax... Qué dicha mía y qué desgracia tuya que pude entrar en tu vida tan fácil.

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