cero catorce

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Antes de lo ocurrido con Ningguang y Lumine

— Amber, salgamos. —Ordenó Kaeya.

— ¿Salir? Pero la Miss te encargó cuidar el lu-

— Mientras ella no está, yo soy el único que manda, así que vámonos. —Viendo que la mujer siempre llevaba su arco, la tomó forzosamente de la muñeca, sacándola de la casa y subiéndola a una de las camionetas.

El moreno iba manejando con rapidez y con la torpeza suficiente como para pasarse a traer cualquier auto que llegase a chocar, no le importaba si lo descubrían, mataría a quien fuese necesario, haría lo que sea con tal de llegar a tiempo a la bodega. Por otro lado, la pelinegra se limitó a guardar silencio, al principio estaba molestaba pero viendo el semblante de su acompañante, prefirió ceder.

— Te quedarás aquí encerrada, si el auto se enciende y abre las puertas, dame por muerto y vete.  —Dijo sin esperar una respuesta y pronto cuando salió, aseguró y apagó el auto con las llaves que guardó en su bolsillo luego, de esa manera, fue desapareciendo en la niebla, peor aún cuando entró a esa bodega tétrica.

Kaeya siempre supo lo que tenía que hacer, todo estaba planeado, su señora rubia sabía que esas personas junto con Diluc tramaban algo, lo sabía porque también los vio pero hizo como que no ante los ojos del moreno hasta que dejó la casa y posteriormente a unos minutos, le envió un mensaje al mencionado.

— Lo que sea que se les ocurra hacer, ya sea a mi gente, a mis cosas, a mi casa, tienes que matar a...

El chico se sobresaltó leyendo de quién quería que se encargara, estaba muy claro que la rivalidad de Jean y Lumine seguiría por los siglos de los siglos. Eso no le importaba en realidad, si no que, de lo que tenía que estar consciente es que ahora sí tenía que desligarse del pasado, tenía que darse por odiado por todos sus amigos de la infancia (Jean) y por su única familia (Diluc), aunque este último ya le ha dejado evidente el rechazo que le tiene.

Entró y se escondió en el lugar, no era díficil, la iluminación era pobre, lo único que tenías que aguantar eran las ganas de vomitar.

— ¡Salgamos de aquí, no creo soportarlo más!—Bárbara se colgaba del brazo de Venti, al borde de vomitarle a este en el hombro.

— Si vas a hacerte mierda, hazlo, Fishcl lleva vomitando como cinco veces. —Habló el de trenzas, quitándose bruscamente a la mujer. — Diluc, ¿ya acabamos de tomar fotos? Sí, son bastantes pero todos se ven igual de podridos.

— Todos cuentan, no importa cómo lucen, idiota... Pero sí, ya acabamos. —Guardó la cámara en la mochila y caminó hacia la entrada. —  Teniendo todo esto, los vídeos donde se ve que Lumine suele venir acá, el vídeo que me dio uno de sus hombres de que a mató a un par. Todo, todo lo tenemos, ahora vámonos de-

— Se pueden ir ellos, no tú, hermano. —El peliazul entró en escena, haciendo que todos se alarmaran, pero él sereno, recalcó. — ¿No me oyeron? Lárguense, eso sí, que no los vea la mujer de la camioneta. —El trío se fue, dejando al pelirojo solo.

— Vamos, saca tu arma. —Dijo Diluc, apuntando al otro con la suya. — Veamos quién mata a quién.

Kaeya suspiró, dando esto por perdido.

— No, qué aburrido. Me voy...—Se dio la vuelta, dejando a su hermano desconcertado.

— ¿Por qué no me encaras? ¿A qué veniste entonces, pedazo de idiota?—Se acercó y lo tomó del brazo, poniendo presión sobre el agarre.

— Porque te dejaría ganar. —Sin decir nada más y mucho menos esperó respuesta del adverso, volvió a desaparecer entre la niebla. Aunque Diluc distinguió cómo se subía a la camioneta, yéndose.

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⏰ Última actualización: Dec 26, 2021 ⏰

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traitor : zhongchiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora