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.El lunes llego, al igual que los demás día de la semana. Ya estaba por terminar el día jueves y el "¿Podemos hablar"" no obtuvo respuesta. El domingo que creyó que sería el día en que podrían hablar tranquilamente, se hizo eterno para ella. El cenizo no hizo presencia en la residencia hasta la hora de queda, subiendo directamente a su habitación, dando la excusa de que había cenado antes en casa de sus padres, logrando así librarse de todos sus compañeros y obteniendo completa paz de lo que restaba del domingo, pero dejado a una joven castaña ansiosa por la respuesta que aún no se atrevía a darle.
La joven gravitacional se resignó que obtendría la respuesta ese día por lo que espero al siguiente, suponiendo qué tal vez el cenizo aún no había visto su mensaje, pero resultó igual. Cada día de la semana lo intento; a cada instante que creía poder tener la oportunidad, –sin parecer un tanto sospechosa, claro– se aproximó a él, decidida, pero resultó de la misma manera. En cada brecha que suponía oportuna para abordarlo, el cenizo se alejaba, escapando de ella. Se estaba volviendo una gran tortura y temía que se volviese un problema.
Recostada sobre su cama, abre la galería de su celular, observando todas las imágenes de la fiesta que había podido descargar. ¡Habían tomado demasiadas! Lamentablemente su celular no tenía suficiente espacio para poder descargarlas todas, así que las había visto antes en el celular de su amiga la rana y toda aquella que le había gustado mucho le pidió que se la enviara al privado. La mayoría de ellas eran de ella con sus amigas bailando y una que otra sólo donde salían sus amigos muy felices disfrutando de la noche. Se detuvo en la foto donde salía con el peliverde, sentados junto a los demás, tomados de la mano. Dibuja una pequeña sonrisa en su rostro, mientras comenzaba a recordar todo lo que había pasado esa noche.
—Es verdad. Desde la perfectiva de alguien más, se podría suponer que todo lo que hice fue por despecho, pero... — se decía a sí misma en voz alta, pasando a las demás imágenes, deteniéndose en una del baile de apertura. Se miraba un tanto borrosa por los cambios de luces, pero se podían apreciar las tres parejas entrando al escenario, centrándose solamente en la de ella — ¿Por qué es esto tan complicado?
No era como si no quisiese comenzar a sentir algo por el cenizo y tampoco pensaba que fuese algo fuera de lo normal, después de todo, él también poseía lo suyo con el que podría enamorar a cualquiera y no se refería solamente de su físico, sino de su forma de ser. Sí, sabía perfectamente que él no sabe expresarse de la mejor manera hacia las personas, su trato era un tanto agresiva y un tanto hiriente pero sincera; una manera única. Además, jamás podrá olvidar el hecho de que Bakugou Katsuki había sido el único que desde el inicio jamás dudó de su potencial y desde ese enfrentamiento había confiado en ella para armar grandes estrategias de combate. Había ganado su respeto.
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Termino la última clase del día jueves. Todos los de la clase A volvieron rápido a la residencia para tomar sus trajes de héroe. Para algunos, el día aún no terminaba, eran los últimos días de pruebas para asegurar su puesto en aquellas agencias. Debían dar lo mejor de ellos, para tener el trabajo asegurado.
La castaña tomó sus cosas y junto a la peliverde, salieron de la academia rumbo a la agencia de Ryukyo. Esta semana Ochako, haría sus últimas pruebas con ella y la próxima en la agencia de FatGum a petición de su maestro Gunhead. Después de ello, ella tendría que tomar su decisión antes de la graduación. Ambas eran grandes agencias y le encantaban, pero sabía que solo podía escoger una. Tendrá que pensarlo muy bien.
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Marcas - Kacchako (+18)
RomanceSummary: Todas las fiestas que organiza la heroína Pinky terminan en algo desastroso pero, lo que nadie esperaba era que en esta última, cierta castaña gravitacional quedase enredada bajo las mismas sábanas que aquel joven explosivo. NOTA DEL AUTOR...