CAPÍTULO 18: "Un delicioso postre"

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Después de ese ardiente beso y sentir sus mejillas arder por el intenso calor que le había provocado, corrió hasta su habitación para encerrarse e intentar tranquilizarse. Sentía que iba a explotarle la cabeza por tanto calor que sentía, por lo que fue directo al baño para lavarse el rostro e intentar refrescarse con el agua fría, más no tuvo el resultado que deseaba. El recuerdo del intenso beso y como la había tomado para acercarla hasta él seguían latentes en su mente, atrayendo con eso los intensos encuentros que ambos habían comenzado a tener desde que ella se atrevió a robarle aquel primer beso.

—Debes estar demente — se murmuro así misma mientras se observa frente al espejo, aun con aquel notorio sonrojo en su rostro — ¿Por qué se le ocurrió hacer eso frente al elevador? ¿Y si Shouji aparecía en ese momento? — se preguntaba inquieta, pero para su sorpresa, en vez de sentir algo de vergüenza ante ese pensamiento estaba recibiendo otro tipo de sensación, llevándola a imaginar una escena que jamás había creído que podría llegar a tener.

Encadenada por su agarre y sus caricias, la castaña degustaba de aquella caliente y tentadora boca, mientras poco a poco es acorralada contra la pared y su provocador. Las caricias pasando por toda su figura hasta aventurarse por debajo de su blusa topándose con sus senos, apretujando cada uno de ellos. A lo lejos, el sonido de unos pasos aproximándose poniéndola alerta e intentando advertirle al cenizo para detenerse, más sus suplicas son ignoradas, prosiguiendo con su cometido de seguir tocando su atractivo cuerpo, metiendo en esta ocasión su mano por sus pantalones hasta llegar a su entrepierna.

"—¿Te excita ser descubierta? — le susurra sin dejar de jugar con sus rosados labios. La castaña niega con un ligero movimiento dejando salir un ligero gemido ahogado al sentir su mano acariciar su vientre hasta llegar a su vagina — ¿Estás segura? Porque... — pasa sus ásperos dedos por los labios vaginales de la castaña, para ser bañados por su humedad — me parece que aquí abajo me estás diciendo lo contrario."

Los pasos cada vez se escuchan más de cercas, alterando los nervios de la joven, pero su cuerpo no obedece a su petición de detener a su provocador, no, en vez de eso, desea que este se apresure en meter sus dedos para jugar en su interior y sus labios bajen hasta sus senos para ser succionados agresivamente por él. Quiere ser tomada, en ese mismo pasillo por ese atractivo y sensual joven explosivo. Quiere seguir sintiendo la adrenalina recorrer todo su cuerpo hasta el punto de correrse en su mano y ser callada por sus labios antes de soltar ese fuerte gemido....

Sin dejar de observar su expresión frente al espejo, la castaña baja su mano hasta su entrepierna, comprobando que no solo en su imaginación se había encontrado mojada, sino también en la realidad. Esa pequeña imaginación la había puesto tan caliente que ahora deseaba ser tomada por él justo en este momento, frente al espejo para poder ser espectadora de su propia acción, de su propia lujuria.

—Sí, debo estar demente.

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Había actuado impulsivamente, era obvio, pero no pudo negarse ante su deseo por tomarla de esa manera. Haber estado en su habitación por un rato, solo lo hizo recordar todo lo que habían hecho esa noche provocándole un fuerte deseo por volver a poseerla. Era una maldita locura y para poder saciar su sed de deseo sexual se dejo llevar, es una suerte que eso no le haya provocado una erección, sino hubiese estado en problemas al bajar, pero eso no lo salvaba de estar fresco de la mente, ahora necesitaba distraerse y dejar de pensar tan intensamente en ella de esa manera. Uraraka era toda una tensión para él.

Marcas - Kacchako (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora