Rebecca
—Rebecca, despierta, ya casi estamos llegando.
Estaba dormida en la parte de atrás de un extraño auto el cual al parecer es un diseño único de este mundo, pero mi sueño se vió perturbado luego de que Cleo me despertara.
—Ni siquiera hemos llegado, tengo sueño, déjame dormir— Tomé la manta que me habían proporcionado ya que aquí son las seis de la mañana y hace mucho más frío, y me cubrí la cara.
Ella me la arrebató de un manotazo— Rebecca, vas a arruinarte el maquillaje y el peinado, ¿En serio que te metiste?— Cleo se estaba comenzando a enojar así que me incorporé y traté de arreglarme.
—No era broma, si me fumé un porro.
En su rostro no había una expresión definida, solo me miraba como si estuviese descifrando que hacer conmigo.
—¿No se supone que habías dejado de fumar?.
—Se suponía, pero tuve un día bastante difícil, además, ¿Cuál es el problema? Puedes estar segura de que aquí fuman infinidades de cosas.
—El asunto no es si ellos fuman o no, es si tú lo haces o no— Extendió su palma hacia mi— Entrégamelos.
—Por si se te olvida, ni siquiera mi padre me trata de esta manera— Refuté entregándole la bolsa.
—¿Eso es todo?— Entrecierra los ojos.
—Solo tengo esto— Le enseñe la bolsita con "orégano"—Se usa para cocinar— Le sonreí.
Cleo solo suspiró y murmuró un sin fin de maldiciones.
Opté por ignorarla y observar mi alrededor. Los grandes y coloridos árboles, las extrañas flores y las inusuales casas, todo es magnífico.
Unos minutos después el auto se detuvo frente a una gran puerta de color negro, el conductor llamó a alguien por un comunicador y la puerta comenzó a abrirse lentamente.
Al abrirse de par en par, avanzamos. La propiedad es hermosa, todo está tan organizado, limpio y reluciente, los empleados llevan un uniforme marrón que se ve bastante fresco. Rodeamos una hermosa fuente que tenía una enorme estatua de una mujer en medio y el auto se detuvo al estar frente a unas escaleras.
La puerta de mi lado se abrió y un señor estaba afuera sonriéndome e invitándome a salir. Cuando estuve afuera los empleados se inclinaron y se mantuvieron así hasta que subimos las escaleras.
Arriba se encontraba la reina Karin y a su lado dos mujeres y un señor.
—Saludos nuevamente, Princesa, Bienvenida a mi hogar— Me sonrió amablemente— Quisiera presentarte a tres personas muy importantes para este reino que sin ellas no sé qué sería de mi— Retrocedió y ellos dieron un paso al frente— Ellas son mis manos derechas, Khael y Maria, espero que te puedan ayudar en lo que necesites— Ellas se inclinaron y saludaron— Y él es Qeriel, es mi mano izquierda, igual de importante que ellas, él se encarga de la propiedad y que todo esté en orden, si necesitas ayuda no dudes en llamarlo.
—Es un placer conocerlos— Les sonreí.
Miré a Maria quién se intercambiaba miradas con Cleo— ¿Es ella?— Le pregunté captando la atención de todos.
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Verdades Ocultas {Lazos de sangre 2}
FantasyRebecca descubrió la verdad, pero ¿A que costo?. Ahora tendrá que enfrentarse a su destino como futura reina, pero también tendrá que confrontar los problemas del reino y los constantes conflictos con los ancianos a cargo. Y claro, no le será tan fá...