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Rebecca

—Mamá— James se apresuró hacia ella y la abrazó.

Muy hermoso todo, pero siento que se me congelan hasta lo calzones, ¿No podríamos irnos ya?.

—Rebecca, pasé veinte años esperando este momento.

—Bueno, el tan esperado día, llegó.

Honestamente, no es como si estuviese muy feliz de haber venido, pero al menos debía aparentar.

—¿Por qué no nos vamos al castillo? Deben estar cansados y tener mucho frío, vamos.

Obviamente no nos fuimos en el mismo carruaje que ella, habían otros dos preparados para nosotros, en uno iría yo y mi séquito y en el otro James y los de él.

—Estoy horriblemente cansada, ¿Tienes una pastilla para el dolor de cabeza?— Le pregunté a Mara.

—Por supuesto, aquí está.

Me pasó una pastilla y una botella de agua que traía en un gran bolso.

—¿Qué traes ahí?.

—Oh, son cosas de suma importancia, ya sea de higiene personal como de primeros auxilios.

Esta mujer es un regalo del cielo.

Ignoré todo y me recosté ya que la pastilla comenzaba a hacer su efecto así que me quedé dormida hasta llegar al castillo.

—Princesa.

Lejanamente podía escuchar la voz de alguien tratando de despertarme.

—Unos cinco minutos más- Murmure sin prestarle mucha atención.

Me giré hacia el otro lado pero cuando mi mejilla tocó el frío cristal, desperté alarmada.

—Princesa, hemos llegado.

Me limpié los rastros de baba casi inexistentes- Si si, bajemos.

Al salir del carruaje noté que ya todos estaban en la entrada, obviamente esperándome.

—Lamento hacerlos esperar, me quede dormida— Me acerqué a Natalia y a James— Majestad— salude en reverencia.

—Caramba, tan formal y respetuosa— Me sonrió. Iba a acercarse a mi pero alguien la interrumpió.

Una chica de pelo corto, tan blanco como la misma nieve. Grandes ojos azules y un pomposo vestido turquesa.

—¿Esperabas un trato distinto? Es una extraña—Me miró de arriba abajo y luego miró a James.

—Rachel— sentenció Natalia.

—¿Qué? Sabes que tengo razón. Mírala, piel opaca, cabello marrón y ojos seguramente igual de oscuros— Me señaló indignada.

—Te guste o no, es tu hermana, así que compórtate.

—Me niego a aceptar a esa escoria— Se cruzó de brazos.

Verdades Ocultas {Lazos de sangre 2}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora