3. ¿Queeee?

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Estaba en mi habitación, ya descansando de todo el trabajo hecho en la escuela, pensando en cómo mi día se volvió un poco más interesante en cuanto el apareció. En Como me hizo mostrarle toda la escuela, en el momento en el que se presentó y llevo mi mano hasta sus labios... oh por Dios ¿Que estoy pensando? Yo no soy así.

Yo siempre he sido muy guardada, nunca he mostrado mis sentimientos delante de nadie, no me gusta mostrarme débil, es por eso que siempre llevo un caparazón que me permite no dejar ver esos sentimientos o pensamientos solo guardados para mí.

Tomé mi celular y mis audífonos para escuchar un poco de música y así poder dormir un rato. El sonido de un nuevo mensaje me hizo abrir los ojos y ver que se trataba, era un número desconocido, lo abrí, y solo decía " Hola". Yo solo respondí, igual con un simple hola...

-¿cómo te ha ido?- contestaron un rato más tarde.

-Bien gracias... ¿y a ti?- respondí, buscando en mi memoria a quien le di mi número telefónico últimamente.

- Muy bien gracias... pensando en volver a hablar contigo- Esta respuesta sí que me alertó, no sabía de quien se trataba, y la verdad yo no tenía muchos amigos. Así que se me hacía muy extraño que alguien desconocido me enviara algún mensaje.

-¿Quién eres?, ¿Te conozco?- le envíe al desconocido.

- Soy alguien que quiere saber más de ti, conocer más que tu nombre. Me pareces muy interesante... tu forma de ser es algo extraña pero, por algún jodido motivo me gusta.

Oh por Dios... esas palabras, por alguna extraña razón lo que estaba escrito en ese mensaje me agrado, no sabía el porqué, pero podría ser porque se podía sentir como que alguien estaba interesado en mí, en conocerme.

-Por favor, dime quien eres, quiero saberlo...

-ya me conoces, ya nos presentamos, es por eso que decidí hablarte.-me respondieron luego.

Iba a comenzar a contestarle, cuando escuche a mi mamá llamarme. Salí de mi habitación, y me dirigí a la cocina, el lugar en donde ella seguramente se encontraba.

Cuando entré a la cocina, ella estaba ahí, con su ropa de casa, tratando que la cena le quedara perfecta. Mi madre aún era joven, pues tuvo a mi hermana mayor a los 15 años de edad, que en estos momentos se encontraba estudiando en otra ciudad. Era pequeña, yo ya era un poco más alta que ella, pero a pesar de su estatura y de su juventud había sabido guiarnos y apoyarnos en todo momento, pese a que hacia un tiempo nos había tocado separarnos de ella por problemas con mi padre.

-Ya llevas tiempo encerrada en tu cuarto, y seguramente lo único que has hecho es dormir y leer- me dijo con su cara de seriedad y con esa cuchara grande en una mano. Mi madre me conoce y es debido a la total confianza que hay entre nosotras, sin embargo esta vez se equivocó.

- Pues no me han dejado tareas, ¿qué más puedo hacer?... solo tengo un trabajo de química, pero no es para mañana, así que tengo toda la tarde libre para leer.-le dije con mi cara de felicidad.

- Pues también tienes tiempo para ordenar un poco tu cuarto- Y mi cara de felicidad se esfumó.

- Pero mamá para que quieres que arregle mi habitación si nadie la va a ver... y creo que así está bien.- le conteste colocando mi mejor cara de convicción y cruzándome de brazos.

- Ok como quieras- me dijo mientras lavaba un plato, dándome la espalda- Tu amiga Lucy te envío saludos.

A penas escuché ese nombre me entró una nostalgia. Lucy fue mi mejor amiga por muchos años, pero por cosas de la vida y cambios que se deben dar, ella, se vio obligada a mudarse a otra ciudad. Dejándome verdaderamente triste. Si no fuera por Sofía que este año se ha comportado conmigo genial y me ha tratado como una excelente amiga, la verdad creo que ahora estaría loca.

Todo Un Cubo De Rubik. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora