Era viernes otra vez, esta semana había transcurrido muy rápido, algo que agradecía mucho, ya que este último año de clases ha sido muy pesado. Cada día trabajos nuevos, proyectos, investigaciones, consultas y muchas cosas más, que no hacían más que estresar y no permitirme un tiempo de descanso.
Con Isaac las cosas no habían avanzado, pero eso no quería decir que hubiera dejado de pensar en él todo el tiempo. Aunque quise acercarme a él para hablarle o simplemente discutir, algo me detenía y no me dejaba acercar. A veces lo veía pasar por mi lado y aunque mi cerebro le decía a mi cuerpo y a mi boca que cumplieran su función, estos no reaccionaban y él solo pasaba sin siquiera decir adiós. En las clases de química, no hacía más que jugar con mi lápiz y ensayar en mi cabeza una forma de iniciar una conversación con el chico de ojos verdes sentado detrás de mí.
No sé, la verdad no sé cuál era mi necesidad de hablar con él, pero la llevaba presente todo el tiempo. Al acabar la única clase compartida con él, no era capaz siquiera de levantar mi rostro en el momento en que el pasaba por mi lado para salir del aula.
Hoy, último día de clases de esta semana, estoy sentada en el lugar en el que se supone estaría leyendo un nuevo libro, pero increíblemente, no he terminado el mismo de hace casi tres semanas, y por si fuera poco ahora, que es un buen momento para terminarlo y así tomar otro de la lista de espera, no lo hago, por la simple razón de estar pensando en él.
-¿Qué haces?- me habla Sofía.
-Nada, solo descanso un poco la mente, ahora me toca examen de inglés.
-A mí me toca de sociales - dijo Sofía haciendo un gracioso gesto con su dedo en el cuello.
-¿Quieres ir a la biblioteca? Quiero terminar ya con este libro- Así era yo, no me gustaba dejar ningún libro inconcluso.
-Claro, como negarme a esa invitación.
Caminamos hasta nuestro lugar preferido, puesto que siempre estaba casi solo, los jóvenes de ahora no se interesan por los libros, si, soné como un adulto, pero es cierto. La biblioteca a veces esta tan sola que Sofía y yo aprovechamos para reírnos de todo lo que se nos ocurre o para jugar a deslizarnos por el suelo.
Nos sentamos, puse mi morral encima de la mesa y lo abrí para sacar mi libro, mi teléfono y mis audífonos, a algunas personas les parece algo raro leer con música, pero a mí me parece genial, ya que me ayuda a concentrarme en la lectura y no en los ruidos exteriores.
-¡Oh, por Dios!- escuché decir a Sofía.
-¿Otra muerte inesperada?- le pregunto, pues supuse que estaba leyendo su libro.
-No encuentro mi teléfono.
-¿Ya revisaste bien? No hay día en que no se te pierda.
-Claro que si. Ya busqué en mi bolso y en mis bolsillos.- respondió, mientras se colocaba de pie y comenzaba a caminar por donde habíamos llegado.
-¿Estas segura que lo trajiste a la escuela?- yo solo continuaba aprovechando mi tiempo de lectura, pro no podía evitar ver por el rabillo de mi ojo como caminaba de aquí y allá, cosa que me desconcentraba.
-¿Sabes? Ahora que lo pienso- dije mientras cerraba mi libro.
-¿Qué?- preguntó Sofía acercándose a mí con cara muy esperanzada.
-Ese es tu castigo.
-¿Mi castigo? Yo no he hecho nada para merecer esto.-Me causaba gracia pues juraría que mi amiga iba a comenzar a llorar.
-Te parece poco el haberle dado todos mis datos al odioso de Isaac. Ni siquiera lo conocías, ¡cómo se te ocurrió!-Al principio le hablé con un tono bajo, pero terminé casi gritándole. Ella tenía los ojos abiertos, era consciente de que le hablé fuerte, pero si me dio mucha rabia lo que hizo.
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Todo Un Cubo De Rubik.
RomanceAsi andamos todos, con ganas de salir y arriesgarlo todo, pero sin la valentia de hacerlo. La vida se trata de eso, de arriesgarse, de darlo todo, de caer y volver a empezar, de equivocarse y volver a equivocarse, porque la vida no es simple para de...